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El tiempo, eso que todos tenemos y no sabemos muchas veces que hacer con él. El tiempo es un camino a veces largo y otras corto, en los ...


El tiempo, eso que todos tenemos y no sabemos muchas veces que hacer con él.
El tiempo es un camino a veces largo y otras corto, en los que estamos en una carrera continua por ver quien llega antes a la meta, si el tiempo o nosotros mismos.

Muchos corren pausado, otros acelerados y algunos como buenos corredores de fondo, se preparan el camino para disfrutar de la carrera.
El tiempo lo solemos llevar por muñequera y miramos constantemente esa aguja del segundero que avanza tan rápido hacia la hora en punto, mientras nosotros sabemos que a esa hora no llegaremos al punto exacto de nuestro destino.

El tiempo es un camino, aunque no lo parezca el tiempo nos da tiempo para disfrutar de ello. Es más, muchas veces nos damos cuenta de que perdemos el tiempo o lo hemos perdido por el mero hecho de no hacer nada y por eso, en esta carrera de fondo, el tiempo ya nos lleva una ventaja.

El tiempo es disfrutar, ir en esa carrera de fondo en la misma dirección y con la misma intensidad. A veces iremos deprisa o el tiempo nos acelerará, iremos despacio y disfrutaremos más.
Aunque el reloj nos marque el tiempo en segundos, minutos y horas, hagamos que esas 24 horas sean eternas y las disfrutemos un día tras otro y así sucesivamente los 365 días del año.

Disfrutemos del tiempo, despacio o deprisa pero disfrutemos porque el tiempo es algo tan inmaterial pero que al fin y al cabo se acaba contando en segundos.

SMCE
Playa Sanxenxo, foto SMCE

La señal de esperanza de un náufrago son las  gaviotas, significa que hay tierra cerca, que hay vida, salvación. Sin embargo todo mari...

La señal de esperanza de un náufrago son las  gaviotas, significa que hay tierra cerca, que hay vida, salvación.

Sin embargo todo marinero sabe que siempre hay un grupo de ellas que se pierden en las aguas y sólo vuelven a saber donde está el hogar al encontrar un barco que las devuelva a casa.

Qué paradoja, ¿no? Que aquello que nos hace náufragos es también lo que nos ayuda a volver a vivir.
¿Cuál es tu barco? O mejor dicho ¿Quién?- .
.
No sé a quien pertenece el texto pero me encantó. 

La foto es una de mis favoritas de mi reciente viaje a Galicia.

El tiempo, eso que todos tenemos y no sabemos muchas veces que hacer con él. El tiempo es un camino a veces largo y otras corto, en los ...

El tiempo, eso que todos tenemos y no sabemos muchas veces que hacer con él.
El tiempo es un camino a veces largo y otras corto, en los que estamos en una carrera continua por ver quien llega antes a la meta, si el tiempo o nosotros mismos.

Muchos corren pausado, otros acelerados y algunos como buenos corredores de fondo, se preparan el camino para disfrutar de la carrera.
El tiempo lo solemos llevar por muñequera y miramos constantemente esa aguja del segundero que avanza tan rápido hacia la hora en punto, mientras nosotros sabemos que a esa hora no llegaremos al punto exacto de nuestro destino.

El tiempo es un camino, aunque no lo parezca el tiempo nos da tiempo para disfrutar de ello. Es más, muchas veces nos damos cuenta de que perdemos el tiempo o lo hemos perdido por el mero hecho de no hacer nada y por eso, en esta carrera de fondo, el tiempo ya nos lleva una ventaja.

El tiempo es disfrutar, ir en esa carrera de fondo en la misma dirección y con la misma intensidad. A veces iremos deprisa o el tiempo nos acelerará, iremos despacio y disfrutaremos más.
Aunque el reloj nos marque el tiempo en segundos, minutos y horas, hagamos que esas 24 horas sean eternas y las disfrutemos un día tras otro y así sucesivamente los 365 días del año.

Disfrutemos del tiempo, despacio o deprisa pero disfrutemos porque el tiempo es algo tan inmaterial pero que al fin y al cabo se acaba contando en segundos.
Playa de Estepona, Málaga
Foto SMCE

Foto SMCE Comienza otro mes que ya poco a poco nos hace intuir que las vacaciones estivales están a la vuelta de la esquina. Miramos...

Foto SMCE

Comienza otro mes que ya poco a poco nos hace intuir que las vacaciones estivales están a la vuelta de la esquina. Miramos esos lugares donde darnos el merecido descanso. Unos irán donde siempre en busca del reencuentro con el chiringuito, los amigos de tantos años y los tranquilos paseos por la orilla.

Otros optarán por la aventura y vas al centro comercial deportivo más cercano , comprando todo lo que encuentras para el camping, tiendas imposibles de plegar, colchones hinchables, infladores e incluso un kayak para tu descenso por el rio o tu travesia entre los arrecifes. Todo siempre y cuando esté de acuerdo la otra parte, tu pareja.

Otros en cambio buscarán un humilde crucero por el mediterráneo porque le han dicho unos amigos que te “jartas” de comer y beber en el “todo incluido”.

Para gustos los colores.

No hemos venido a este mundo porque si… estamos y permanecemos porque tenemos un propósito… dar guerra. Hemos venido para hacernos notar, ...

No hemos venido a este mundo porque si… estamos y permanecemos porque tenemos un propósito… dar guerra. Hemos venido para hacernos notar, no somos un simple número en un censo. Levantemos la voz, que se entere el resto del mundo que aquí estamos… dejemos huellas únicas, que nos hagan especiales… dejemos que nuestro corazón nos guíe y nos hable… seamos siempre un buen recuerdo.

SMCE
Foto SMCE

La llegada del verano supone el desdoblamiento de cada uno de nosotros cuando la playa o la casa del campo aparece en el horizonte de desc...

La llegada del verano supone el desdoblamiento de cada uno de nosotros cuando la playa o la casa del campo aparece en el horizonte de descanso. Unos días de relax en este lugar hace que entremos en una especie de vida paralela en la que dejamos atrás todo aquello que nos acompaña a lo largo del año.

El secreto está en marcar la diferencia con la rutina diaria. Por eso el descanso tiene que ser en la casa de la playa o del campo, donde uno viste la ropa de la playa o ropa para estar en el campo. Todo esto forma parte de una cultura playera o veraniega en la que también hay que incluir el ocio. Hay una música específica para escuchar en la playa o en la piscina del campo, lo mismo que hay libros que parece estar escritos para leerse bajo una sombrilla.

La intendencia familiar sabe bien de sillas plegables, sombrillas y neveras cuya vida útil se reduce a los días en que se disfrutan de verano. Si abrimos el armario ocurre lo mismo, pues hay camisas que se guardan para la playa o para estar en el campo y pantalones cortos que sólo se lucen en el paseo marítimo de verdad.

Cualquier estudio sociológico podría concluir sin grandes esfuerzos que los hábitos en la playa son distintos a los de la ciudad. Se hacen cosas que en cualquier momento del año podrían ruborizar a cualquiera. Y todo esto hace que acabemos duplicando todo porque la playa se merece su material exclusivo. ¿O no?

foto SMCE

Playa de Islantilla, Huelva Fotos SMCE


Playa de Islantilla, Huelva
Fotos SMCE

No vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos. —  Anais Nin Foto SMCE Esta frase para mí implica una gran verdad: ca...

No vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos.

—  Anais Nin
Foto SMCE

Esta frase para mí implica una gran verdad: cada uno percibe la realidad de acuerdo a su propio sistema de percepción, a sus sensaciones, a su personalidad a sus vivencias, a su historia familiar.

Es maravilloso observar las diferencias y similitudes de cada ser humano frente a un mismo hecho.

Si tomamos un paisaje cualquiera, un hermoso amanecer , el mismo lugar, con la presencia de algunas personas y dejamos que contemplen un rato...al cabo de un tiempo queremos saber qué registraron, qué les llamó la atención, o a qué se dedicaron, vamos a tener respuestas tan diferentes como personas observadoras.

Y eso pasa permanentemente...ante cualquier hecho, o diálogo, o interacción o vivencia. Cuánta verdad hay en que "Todo es relativo".



Algunos ya estarán de vuelta o a punto de regresar de las vacaciones que cogieron en julio y los que se van en agosto dispuestos en la sal...

Algunos ya estarán de vuelta o a punto de regresar de las vacaciones que cogieron en julio y los que se van en agosto dispuestos en la salida esperando el pistoletazo impacientes. Parece que el verano se va a hacer notar más en agosto aún, alcanzando las temperaturas habituales, superando los cuarenta grados. A esos que volvieron siempre les quedan los fines de semana de sierra, piscinas o playas con sus correspondientes caravanas de domingueros para llegar y para salir, haciendo una tortura lo que se apetecía un día agradable.

Las playas más cercanas pierden la arena entre toallas, sombrillas y neveras que prácticamente hacen imposible alcanzar la orilla o el chiringuito sin pisar alguna cabeza o algún pie. 

 Agosto nos regalará como cada año un día de fiesta, el día 15, pero no se hagan ilusiones, que si son de coger puentes en esta ocasión cae en miércoles y no hay nada que rascar.

Sea como sea, por los que habéis llegado me alegro mucho de que hayáis disfrutado y si te vas que lo pases muy bien, lo único que os pido como cada verano es que no me faltéis ninguno en el recuento de septiembre y que tengáis mucho cuidado por las carreteras ¿vale?.

Un lugar que hasta hace unos años no estaba masificado, es complicado poner la sombrilla. Año 2017
Playa de Regla, Chipiona
Foto SMCE

El verano no entiende de cofradías Tras la intersección entre quincenas, y bajo la insondable sensación de aridez y ruido de obras ...


El verano no entiende de cofradías

Tras la intersección entre quincenas, y bajo la insondable sensación de aridez y ruido de obras en la que la ciudad queda sumida cuando el verano evidencia su extremo más señalado, se extiende entre los cofrades la percepción de que julio es un mes que no entiende de cofradías. Descanso agradecido, solamente alterado por la insipidez que vive en permanente estado de realidad alrededor de los que suspiran por hacer del invento su entretenimiento diario. No hay más, el curso quedó cerrado y la toma de oxígeno se torna más que en imprescindible, para buscar a Dios no se necesita más que la propia voluntad de encontrarlo.

En este sentido además, si algo tiene de buena la pegajosa etapa estival es la armonía que se respira en los templos, entre el frescor de sus pesados muros. A un lado el ajetreo y la vulnerabilidad con la que el día a día rodea de espinas la cercanía que intentamos mantener con Dios. Es momento para abrir nuevas rutas, para tender la mano a Aquel que nunca falla. Entre tanto las chicharras (o cigarras) convocan conciertos mañaneros allí donde las sombras de los espigados verdosos ofrecen cobijo, avivando la existencia de un tiempo que no merece ser despreciado.

Playa Sanlucar de Barrameda. Foto SMCE Que fácil resulta encontrar un paraíso cuando llevas el alma abierta y dispuesta. Un atar...

Playa Sanlucar de Barrameda. Foto SMCE

Que fácil resulta encontrar un paraíso cuando llevas el alma abierta y dispuesta.

Un atardecer frente al mar con ese olor que invade tu cuerpo y llena tus sentidos mientras una suave brisa acaricia tu cara .Al fondo unos caballos con sus jinetes pasean por la orilla fundiéndose en el paisaje con galanura.Imagen de otros tiempos y otros sentimientos.

Una buena copa en mis manos y la mejor de las compañías. Buena conversación de historias y recuerdos con el alma limpia y sin rencores. Sentidos que ya no rasgan el alma,que ya no duelen pero que te agrada traerlos a tu mente. Charlas limpias entre gente que se quieren y que se buscan para compartir los verdaderos buenos momentos de la vida.

Cuando eres capaz de juntar todo eso, sin premeditación y alevosía es cuando verdaderamente eres feliz,prácticamente sin nada pero teniéndolo todo.Seguro que mas allá de las nubes ,donde se esconden las almas de los que en el mundo han sido,también estuvieron felices de ver como sus raíces ,bien cogidas al suelo ,se entrelazan fuerte para estar siempre juntas.

Poco he necesitado para tener mi paraíso, donde reina el amor y la paz y donde una puesta de sol como esta, ha servido de marco sublime para vivir, para sentirnos vivos y relajados y para dejarnos amar. A la derecha el Guadalquivir que muere frente al mar que nace y como fondo Doñana y todo bañado con la luz que se esconde,siempre con la esperanza puesta en volver cada mañana. Seguro que Dios se inspiro aquí para crear su Paraíso. Ahora mientras es el mio, por que mejor imposible...

Que nunca falte cada mañana la sonrisa de oreja a oreja en tu cara. Que nunca falten los buenos días con alegría que te dan impulso para a...

Que nunca falte cada mañana la sonrisa de oreja a oreja en tu cara. Que nunca falten los buenos días con alegría que te dan impulso para arrancar el día.

Que nunca te falten las fuerzas para levantarte en cada tropiezo y sigas con tu mirada al frente en busca de tus sueños. Por supuesto, que nunca te falte un sueño por el que luchar. Que nunca te falte un camino por recorrer y que cuando te pares en el camino y mires hacia atrás no vuelvas al pasado, porque el pasado nos hace fuertes en el presente para superar el futuro.

Que nunca te falte un presente y un día a día por disfrutar para hacer tus sueños realidad. Que nunca te falte un futuro para hacer lo que en el presente no te dio tiempo.

Que nunca te falte un beso de buenas noches y un beso de buenos días. Que nunca te falten los amigos que brindan contigo. Que nunca te falte un banco donde poder decir te quiero y una sombra donde poder decir te amo. Que nunca te falte la calle donde respiras alegría y un brindis por manzanilla. Que nunca te falte el aire que te da vida y los suspiros de felicidad. Que nunca te falte la plaza donde viviste tu niñez.

Que nunca te falte el brillo en tus ojos, la sabiduría en tus palabras y la serenidad en tus actos. Que nunca te falte el abrazo sincero de quien te arropa en los malos momentos y las palmas de los que acaban haciendo un día malo en maravilloso.

Que nunca te falte un sueño, la sonrisa, la risa, la alegría, la esperanza, la ilusión, el recuerdo, la felicidad. Como ves que nunca te falten las cosas pequeñas, que son en el fondo las más importantes.

Que nunca te falten las ganas de vivir.
Playas de El Puerto de Santa María , Valdelagrana 
Foto SMCE

Parece que el verano se resiste a dejarnos este año, aunque el calendario nos dice que ya hemos cambiado de estación, y...







Parece que el verano se resiste a dejarnos este año, aunque el calendario nos dice que ya hemos cambiado de estación, y yo ya tengo ganas de otoño. Ganas de ver nuestros bosques cambiar de color y que caigan las hojas y sobre todo, ganas de recoger sus frutos. Mientras tanto, tendré que conformarme con echar la vista atrás, por ejemplo a estas vistas otoñales de la playa de la Concha en el mes de Septiembre,  e ir preparándome para lo que espero no tarde en llegar.

Foto de la playa de la Concha, Donosti. SMCE

El verano caliente que hemos vivido este año no sólo en lo puramente meteorológico también tiene su lectura cofradiera. Hay cofrades que ...

El verano caliente que hemos vivido este año no sólo en lo puramente meteorológico también tiene su lectura cofradiera. Hay cofrades que dejan a un lado faldones y cortejos para descansar un tiempo de la actualidad que no cesa. Pero también están los recalcitrantes. Aquellos que no se empachan con escuchar 'Soleá, dame la mano' mientras se duchan tras una tórrida jornada del mes de julio.

La playa también tiene su punto cofrade. Y no es una rareza escuchar, desde el interior de un coche, la banda de Triana mientras un grupo de cofrades se limpian los pies de arena para no manchar la moqueta interior.

La playa más cofrade que uno ha conocido, de largo, ha sido la de Valdelagrana, aunque la Playa de Regla de Chipiona no se queda atrás. Uno ha tenido la oportunidad de escuchar debatir en pleno mes de Julio a un grupo de cofrades sevillanos si la Carrera Oficial se tendría que ampliar o no, o si tal Cofradía debería cambiar de recorrido, etc.

Recuerdo algunas tertulias deliciosas con algún amigo mientras nos mojábamos los pies en la orilla de la cofrade playa de Valdelagrana. 

El verano puede llegar a ser tan cofrade como uno se lo quiera plantear. Los hay que se olvidan de todo un poco y también quienes sueñan con el bamboleo de unas caídas como si fuese el mismísimo mes de marzo. Hay gente 'pa tó'.

Veranos de incienso. Veranos calientes. Veranos con música cofrade de fondo que sólo sirve de puente para que llegue pronto la Navidad y, con ella, la imagen icónica de la trasera de la cabalgata de reyes. Somos cíclicos. Somos así. Y que nadie intente cambiarnos.

Lo mejor de la vida es cuando encontramos personas que saben hacer de pequeños instantes, grandes momentos.

Lo mejor de la vida es cuando encontramos personas
que saben hacer de pequeños instantes, grandes momentos.

A lo lejos se escucha una campana. El sonido es conocido por todos los bañistas y sólo puede significar una cosa: Ha llegado la hora del du...

A lo lejos se escucha una campana. El sonido es conocido por todos los bañistas y sólo puede significar una cosa: Ha llegado la hora del dulce. Hace calor, demasiado, y a lo lejos se ve un carrito lleno con varias cajas llenas de pasteles. Cuñas de chocolate, palmeras, cañas, bombas, carmelas, donuts, napolitanas… La oferta es amplia y el precio barato. “¡Pasteles a euro, venga niña, que traigo lo mejor!”, grita uno de los jóvenes.

Una vez llegan se reparten el territorio. Unos se quedan en un extremo, otros en torno a la torre y el resto en la otra punta. Así “barren” toda la playa.

La gente aborda el "carrito" de los pasteles que visita la playa cada tarde como las tortugas cuando nacen y corren derechas hacia el mar… A por la cuña de chocolate y los piononos. No hay tiempo que perder.

Fotos: SMCE  (Playa de Regla, Chipiona)


Sol, arena y mar. Son los elementos que hacen a las playas de Huelva un paraíso para el turismo, aunque es obligado reconocer que lo mismo ...

Sol, arena y mar. Son los elementos que hacen a las playas de Huelva un paraíso para el turismo, aunque es obligado reconocer que lo mismo sucede con otras playas en otros lugares, algunos de ellos no demasiado lejanos.

Claro que en pocos sitios, el Sol brilla tanto y durante tantos días como en Huelva. Ni la arena es tan fina y pura como la de las costa onubense. Ni el mas es tan limpio y amable.

Porque más allá de su luz, su arena y su mar, las playas de Huelva esconden otro tesoro natural. Doradas dunas, verdes pinares y azules marismas se extienden a su alrededor. Su flora y su fauna son una invitación para el turismo ecológico.

Y que contar del goce del chiringuito y el tapeo en esta tierra...

Aunque los expertos rara vez miran más allá del plato y la presentación, para el turista gastronómico tan importante puede ser lo que come y lo que bebe, como el lugar donde lo hace.

Porque no se disfruta igual el mismo menú en un abarrotado salón que en un establecimiento desahogado de clientes y al pie de la mismísima playa. O a la lumbre, si se trata del invierno, de uno de esos fuegos serranos con aroma a leña y solera. En este sentido,

Huelva ofrece a sus visitantes una interminable lista de bares y restaurantes de todos los tipos y formas imaginables, desde el refrescante chiringuito playero, al más sofisticado de los comedores, pasando por la tasca escondida con todo su encanto y romanticismo.



Fotos SMCE

Atardecer en la playa de Punta Umbría, Huelva. Foto SMCE

Atardecer en la playa de Punta Umbría, Huelva. Foto SMCE

La temporada de playas ya ha comenzado en Cádiz. En teoría, el Domingo de Ramos, día 9 de abril. En realidad, comienza cuando llega ...



La temporada de playas ya ha comenzado en Cádiz. En teoría, el Domingo de Ramos, día 9 de abril. En realidad, comienza cuando llega el buen tiempo. Y, una vez que ha pasado el Carnaval, la Cuaresma y la Semana Santa, se convierte en el principal aliciente del ocio de la ciudad. Por eso, los periodos municipales de temporada baja, media y alta sólo interesan para organizar los servicios. Pero los gaditanos fijan la temporada de playa cuando les da la gana; o sea, cuando les apetece. Al principio van con más ganas que al final.

Esta es una característica de la playa en Cádiz. En los fines de semana soleados de abril y mayo, la playa empieza a estar concurrida. A partir de junio, no es que comience la temporada media, sino que se acude en masa si el tiempo lo permite. En julio y en agosto se añaden los veraneantes, turistas y todo el mundo en general. En septiembre ya se empieza a estar hartos de tanta playa. Y en octubre no va ni quién. Yo he oído a la muchacha del altavoz dando las horas en otoño (incluso en inglés), con la playa de la Victoria vacía, que es una tristeza letal, como de poesía existencialista.

En Cádiz, las playas (lo mismo sea la Caleta, Santa María del Mar, la Victoria o Cortadura) funcionan como algo más que playas. Son también como parques y jardines. Lo mismo que en Madrid vemos en el Retiro, o en Sevilla en el parque de María Luisa, se practica en las playas gaditanas: andar, correr, tumbarse al sol, las necesidades del perrito, cariñitos y tal y cual… La ventaja es que aquí, además, te puedes bañar.