Miman las imágenes y sus ropas con devoción, procurando que hasta el más mínimo detalle esté siempre perfecto. Son las camareras de las tallas que atesoran las parroquias e iglesias de nuestro pueblo y que salen a la calle una vez al año para realizar una manifestación pública de fe. Mujeres que se afanan durante todo el año en que las imágenes luzcan bellas para ser admiradas por los fieles. Una labor, casi siempre a la sombra, que se vuelve imprescindible para el día a día de las cofradías.

Una labor que no solo se centra en esta época porque, como podemos comprobar, las imágenes se cambian de ropa tres o cuatro veces al año, dependiendo de la época y de las celebraciones. Aunque es ahora cuando tienen un mayor ajetreo. Los días anteriores preparan toda la vestimenta.

Para las camareras este cometido es muy importante y un honor muy grande. Las tareas de una camarera son muy importantes, aunque es cierto que en muchas cofradías no está muy reconocido su trabajo. En muchos casos las hay que no solo se encargan del cuidado de la ropa y el vestido de las imágenes, sino también de otras faenas como la de la limpieza de la capilla o de la casa hermandad, sirvan estas líneas como sencillo homenaje a esta labor tan importante dentro de nuestra Semana Santa.

  Varias Dolorosas aguardan el tiempo de la Semana Santa con el austero atuendo que se supone propio de la Palestina de la época de Cristo.

María Santísima de la Trinidad. 

 Córdoba