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Tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936, fueron incendiadas, saqueadas y expoliadas un buen número de iglesias e imágenes d...


Tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936, fueron incendiadas, saqueadas y expoliadas un buen número de iglesias e imágenes de nuestra Semana Santa, en la que puede ser considerada la mayor destrucción del patrimonio histórico y artístico que se produjo en el pasado siglo.

Tras los sucesos del citado año, y finalizada la Guerra Civil, la celebración de ese año y posteriores sería singular al compartir las cofradías pasos y enseres para poder efectuar su salida anual.

La Semana Santa de 1937, finalizada la Guerra Civil llegaría cargada de estampas inéditas e improvisaciones, lo que la convierte en la más novedosa de todo el siglo XX. El Domingo de Ramos cayó muy alto en el calendario: el 21 de marzo. Todavía estarían muy recientes los asaltos e incendios ocurridos meses antes. Sería una Semana Santa de notables ausencias por la pérdida de imágenes acontecida en julio de 1936. 

Por extraño que parezca, la Semana Santa se celebró en muchas provincias de España durante la Guerra Civil, sobre todo en aquellas que iban cayendo en manos de Franco, frente al anticlericalismo propio de los repubicanos.

«¡Cosa grande va a ser la Semana Santa del Año de la Victoria!». Así rezaba por ejemplo el ABC de Sevilla a finales de marzo de 1939, justo en el momento en que Madrid caía ante el ejército franquista. Concluían así, en vísperas de la Semana Santa, tres años de Guerra Civil en los que habían muerto cerca de un millón de personas, víctimas del combate, bombardeos, ejecuciones y asesinatos, así como los fallecidos por el hambre y las enfermedades engendradas por la guerra.

En los años siguientes, las hermandades irían recomponiendo su estética. Comenzaría una etapa de estrenos. Poco a poco, las cofradías irían retornando a la tranquilidad y a la estabilidad.

Este tema y otros tratará la próxima edición del RadioBlog de la Tertulia Cofrade "Cíngulo", de la SEMANA SANTA DE DAIMIEL Y LA GUERRA CIVIL. Haremos un análisis de los sucesos ocurridos durante la Guerra Civil en lo concerniente a nuestra Semana Santa, así como fue la vuelta a la normalidad de nuestras corporaciones los años posteriores a la guerra.

Para ello contaremos con la colaboración de D.Ismael Terriza (periodista de OndaCero) y D.Mariano Garcia-Consuegra (Historiador), así como el testimonio de varias personas que vivieron de primera mano los años mas sangrantes de nuestra historia reciente.

Dicho acto tendrá lugar el próximo 16 de Septembre en el salón de la Casa de Cultura a las 12.00 h en la que grabaremos en directo el RadioBlog. 

La entrada es gratuita y puede asistir cualquier persona interesada en el tema que vamos a tratar.

SMCE

Algunas imágenes de la Semana Santa de Daimiel destruídas en los sucesos del 36:




Cientos de leyendas y anécdotas inundan la memoria de la Semana Santa durante los años de la guerra civil, en la que personas anónimas s...


Cientos de leyendas y anécdotas inundan la memoria de la Semana Santa durante los años de la guerra civil, en la que personas anónimas salvaguardaron las sagradas imágenes de la quema y la destrucción. Sirva como ejemplo el ocurrido con la imagen del Cristo de las Tres Caídas de Sevilla durante los sucesos del 36. Con la imagen de Jesús Nazareno de Daimiel también ocurrió algo similar salvándose solo la cabeza durante los convulsos años de la contienda civil.

En Triana sí se sabía que el Cristo de las Tres Caídas había estado escondido durante la guerra, pero no dónde, siendo este misterio una página en blanco en la historia de la Hermandad. Hace poco que pudo descubrirse este secreto guardado durante más de 70 años.

Multitud de imágenes fueron profanadas y tesoros marianos robados y perdidos para siempre. Imágenes de la Semana Santa de D...



Multitud de imágenes fueron profanadas y tesoros marianos robados y perdidos para siempre.

Imágenes de la Semana Santa de Daimiel destruidas en la guerra civil, a excepción de
Nuestro Padre Jesús Nazareno y la cabeza del Cristo de la Expiración.

Sevilla en tiempos de los anti-Dios. Las Hermandades y Cofradías SALAS, Nicolás.- Castillejo, 1997, Sevilla. 21x15. 492 pgs. Índice o...


Sevilla en tiempos de los anti-Dios. Las Hermandades y Cofradías
SALAS, Nicolás.- Castillejo, 1997, Sevilla. 21x15. 492 pgs. Índice onomástico y temático. Más de 450 fotografías históricas.


Os traigo los comentarios sobre otro libro que no dejará indiferente a nadie, pues no es el típico libro que critica a un bando o a otro, mas bien da una visión objetiva de los sucesos que marcaron el antes y después de una época sangrienta para España.

Este libro nos trae anécdotas ya conocidas, como la de la salida de la Hermandad de la Estrella cuando las demás no salieron en el año 1.932, pero que nos traen otros enfoques, como por ejemplo, la ruptura que supuso con la Federación de Hermandades la decisión de salir a la calle y el descontento de ésta durante un tiempo.

Obtendremos también, con todo lujo de detalles en Sevilla, la larga lista de Iglesias y patrimonio perdido de éstas y Hermandades, los responsables como en el caso de la Hermandad de La Hiniesta (que fue destruido su tesoro por dos veces por culpa del odio irracional hacia la Iglesia), y un extenso balance de pérdidas ocasionadas en la provincia de Sevilla y en otras zonas como en Huelva o Málaga entre los años 1.931 y finales de 1.936

Otro aliciente importante, es el análisis de la famosa ocultación de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena por dos veces, y lo que supuso su aparición en la devoción popular. Veremos otras historias como la de la Amargura de Sevilla. También veremos otras historias no tan agradables, sobre la destrucción de templos y patrimonio diverso, incluida la persecución de aquellos que intentaban impedir tales salvajadas.

Se desglosa también, entre muchas historias como el asesinato que se produjo en la casa del Conde de Ybarra, una larga lista de mártires y personas asesinadas durante este terrible periodo, siendo obviamente la pérdida más importante: la vida humana y la decencia racional. En total, entre personas pertenecientes al clero y creyentes, cayeron más de 5.000 personas a nivel nacional, sin contar, obviamente, las víctimas de la guerra y del pistolerismo de ambos bandos previo a ésta.

Y sobre todo, en el aspecto político, veremos la gran mentira encubierta que ha llegado hasta nuestros días y cómo se desmonta, debiendo citar organismos y organizaciones políticas como el PCE y la Internacional Comunista, que fueron los grandes artífices encubiertos al servicio de la URSS encargados de destruir la devoción popular de la Semana Santa que seguía latente en las clases obreras y proletarias sevillanas y que se culpase a la II República y a su Gobierno por consentirlo (que también la liaron, no los defendamos...), hasta la intentona de golpe de Estado de 1.934 y su llegada al poder con el Frente Popular junto al PSOE y a la CNT ya a nivel nacional.

Lo más relevante, veremos también cómo no fue hasta con el Papa Juan Pablo II cuando empezó a beatificarse a estas víctimas, es decir, habiendo pasado casi cuarenta o cincuenta años de aquellos sucesos, gracias a las distintas Diócesis del territorio español, y grupos como la Congregación Salesiana, por culpa del silencio de los políticos, siendo un silencio de cobardes, que hizo que por otra parte, las derechas se acomplejasen y permitiesen a los "historiadores" y demás intelectuales tergiversar la historia a su manera, los auténticos responsables, a mi parecer, de que siga habiendo escondido un "cierto fantasma de las dos Españas".

No os cuento más. Ciertamente tarde o temprano escribiré algún artículo sobre ésto, pero de todas formas, os recomiendo la lectura de este libro. No tiene desperdicio ninguno

Nos trasladamos al 15 de Abril de 1953 donde Su Excelencia el Jefe del Estado Don Francisco Franco, en unión de su esposa Doña Carmen P...

Nos trasladamos al 15 de Abril de 1953 donde Su Excelencia el Jefe del Estado Don Francisco Franco, en unión de su esposa Doña Carmen Polo y el entonces alcalde de Sevilla el Excmo Marques del Contadero, visitan como pueden ver en la imagen superior la Hermandad de la Macarena bajo palio 

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Aqui  vemos al Caudillo ese mismo día orando brevemente a los pies del Cachorro

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Igualmente es recibido como Hermano Mayor Honorario en la Hermandad del Gran Poder donde los vemos entrar bajo palio en la Parroquia de San Lorenzo , acompañado por el mismo sequito .

Como ven no hay nada nuevo bajo el Sol. Franco se iba de montería, los ministros obreros españoles también. A Franco le daban  una vara cofradiera , hoy se la dan a los obreros españoles municipales o junteros , aunque estos estén a favor de la retirada de crucifijos y el aborto o te colocan un palio en un ayuntamiento rojo , delante del despacho de un dirigente de Izquierda mas o menos Unida  , que tuvo hasta su pasado cofradiero  y todo .

No se equivoquen,  la culpa no es de los políticos ( dictadores o demócratas ) es de las juntas de gobierno de turno, por salir en la foto o devolviendo honores por favores  .

La Estrella en 1932. “La Valiente” La Estrella fue la única hermandad que procesionó en Sevilla en 1932, durante la II República. En ...

La Estrella en 1932. “La Valiente”

La Estrella fue la única hermandad que procesionó en Sevilla en 1932, durante la II República. En su trayecto hubo varios incidentes, incluidos disparos, de ahí el sobrenombre de “La Valiente” que desde entonces tiene la Virgen María Santísima de la Estrella (imagen del siglo XVII atribuida al taller de La Roldana).

Este curioso reportaje de Canal Sur nos resuelve alguna de esas dudas con fotografías y videos de la época. Varios testimonios nos acercan a esta extraña etapa de la Semana Santa. Disfruten de ello.

El Jueves Santo de 1932, a las cuatro de la tarde, sólo una cofradía sevillana, la de la Estrella, se asomó a la calle. Una mezcla de temor a las amenazas republicanas y buena parte de pobreza (la nueva constitución prohibía las subvenciones a los grupos religiosos), había mermado en pocos meses el número de cofrades hasta el límite de las exigencias para sacar un paso a la calle. El miedo invencible a que las imágenes fueran destruidas, como así ocurrió unos días después, cuando incendiaron la iglesia de san Julián y acabaron con la imagen de la Dolorosa que talló el gran Martínez Montañés, hizo el resto.

No ajenos a la locura de aquella República, pero sí valientes, los cofrades que estaban en el interior de la iglesia de San Jacinto decidieron sacar sus dos pasos: el Cristo de las Penas y la imagen de Nuestra Señora de la Estrella.

Afuera, en la calle, una compañía de seguridad de caballería y un pelotón de la Guardia Civil esperaban la salida de los pasos. La multitud, que sabía de la decisión de “la valiente”, llenaba las calles de San Jacinto y Pallés del Corro y cuando las puertas se abrieron y se vio la Cruz de guía, estalló una ovación que sonó como una bomba en el ánimo republicano.

Saetas y lágrimas en la calle de las Sierpes
Las crónicas del día hablan de fervor, pero también de tranquilidad. Saetas y lágrimas llenaban la calle de las Sierpes cuando en la esquina con Santa María de Gracia, una turba comenzó a dar vivas al “comunismo libertario” y fue contestada con vivas a María Santísima. Las fuerzas de seguridad detuvieron a uno de los alborotadores, Luis Sánchez García, de 44 años; pero de inmediato una piedra lanzada contra la imagen del Cristo rebotó en la espalda de la talla y golpeó a un soldado.

Los fieles, indignados, se lanzaron sobre el vándalo, un dependiente de taberna de nombre Manuel Fernández Rozas, de 33 años, que sólo pudo ser rescatado por la Guardia Civil después de batallar contra el público que pretendía escarmentar (otras crónicas hablan de linchar) al detenido.

El Carbonero y el Pájaro
Pero lo peor estaba por llegar. Y ocurrió cuando los pasos enfilaron la entrada de la catedral por la puerta de San Miguel. Un grupo comenzó a lanzar petardos sobre el manto de la Virgen y sonaron disparos de pistola que agujerearon el palio de la Virgen. La multitud, en pánico, se dispersó, los pasos entraron al galope en la catedral y las puertas se cerraron. Un minuto después, unos pocos fieles templados comenzó a perseguir a uno de los hombres que había disparado contra la Virgen y que había salido huyendo hacia la plaza del Triunfo.

Uno de estos fieles fue Diego Jiménez Martínez, de 29 años, que consiguió alcanzar al fugitivo en la calle de Maraña y le arreó “un formidable bastonazo en la cabeza”, según se aseguró en el atestado. Incluso herido, el hombre se dio media vuelta y se encaró a punta de pistola con los agentes que le seguían a la carrera. Hubo intercambio de disparos, sin heridos, hasta que fue detenido en la calle de San Gregorio. La ira popular obligó a la Policía a custodiar al detenido en el portal de Diputación de la Benemérita hasta que la Guardia Civil terminó de cargar contra los fieles que pretendían apoderarse del pistolero.

Ya en comisaría, y según relató el ABC en su edición sevillana, se supo que el autor de los disparos se llamaba “Emiliano González Sánchez, de 21 años, soltero, natural de Alcázar de San Juan, de oficio carpintero y con domicilio en San juan de Aznalfarache”. Al detenido se le ocupó una pistola del calibre 6,35 mm. con dos cargadores; dos carnets de la CNT, uno a su nombre y otro al de un tal José Adame y un carnet de chófer. En su cuerpo, enrollada, llevaba la bandera del sindicato. Las fuerzas del orden habían trasladado a la misma comisaría a otros compañeros del sindicalista: Daniel Maceda, alias “El Carbonero”, Antonio Ibarra, alias “El Pájaro”, así como José Martín Bernal y Manuel Piña Lara.

La reacción gubernamental a estos gravísimos sucesos fue un fiel reflejo de la importancia que aquellas izquierdas republicanas daban al sometimiento de la Iglesia católica. Nada se hizo. Desde las tribunas de la mayoría republicana se señaló a los cofrades como culpables de haber provocado al pueblo con sus procesiones, “un vehículo de proselitismo intolerable en la España moderna”, como dijo la prensa de izquierdas de aquella época.

Dos años en el infierno republicano
La reacción gubernamental a los sucesos de 1932, y no sólo a los relatados de la Semana Santa, sino los ataques continuos a los sentimientos religiosos como la quema de iglesias y el estrangulamiento financiero al que la izquierda sometió a la Iglesia, terminaron con todas las procesiones de 1933. La Semana Santa quedó encerrada entre los muros de las capillas y los pasos se ocultaron detrás de muros de metal o en escondites secretos en los sótanos. La victoria de las derechas en noviembre de 1933 devolvió algo de paz a la Semana Santa de 1934 y todas las cofradías salieron de nuevo a las calles en 1935. En el caso de Sevilla ya sin interrupción salvo que el tiempo lo impida.

Extraído de la Gaceta.es.
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Memoria histórica
Desmontando la leyenda negra sobre la amenaza republicana a la Semana Santa de Sevilla


  • La leyenda urbana cuenta que las autoridades republicanas prohibieron los desfiles procesionales en 1932 en Sevilla, pero la historia dice otra cosa: las cofradías decidieron no salir

  • El alcalde republicano, José de la Bandera, intentó asegurar "la normal celebración" de la Semana Santa ante el boicot anunciado de las derechas

  • Solo una imagen salió a la calle: la Estrella de Triana, conocida desde entonces como 'la Valiente' e incluso como la virgen republicana


El artículo 3 de la Constitución de la República decía: 'El Estado español no tiene religión oficial', lo que bastó para que se armara la de San Quintín en la primera Semana Santa republicana.

Las cofradías de algunas ciudades se enfadaron tanto con el nuevo régimen, que decidieron suspender las procesiones. Las cofradías sevillanas acordaron no sacar los pasos. Sólo una, la cofradía de la virgen de la Estrella decidió salir.

La Estrella salió el jueves santo de 1932, que era 24 de marzo. A partir de entonces, empezó a ser conocida como "La Republicana" y "La Valiente". ¿Qué pasó aquella tarde?
PUEDES ESCUCHAR AQUI

SEVILLA, 1936:Manuel Ruiz de los Santos, Manolito “el granuja” abre el cajón en el que había permanecido la imagen de María Santísim...



SEVILLA, 1936:Manuel Ruiz de los Santos, Manolito “el granuja” abre el cajón en el que había permanecido la imagen de María Santísima de la Amargura desde el 27 de abril de 1936 ante el temor de que los “demócratas” la quemasen.

Sevilla. Manuel Ruiz de los Santos, Manolito “el granuja” abre el cajón en el que había permanecido la imagen de María Santísima de la Amargura desde el 27 de abril de 1936 ante los rumores de que algo podía ocurrir en su sede canónica durante la persecución religiosa. Las imágenes titulares de la Amargura fueron trasladadas al almacén que poseía Carlos González Campos en la calle Marques de Paradas, tomando la responsabilidad de ocultarlas el entonces hermano mayor de la corporación de San Juan de la Palma Rafael Montaño de la Bastida.

El 13 de diciembre fue reabierta al culto la iglesia de San Juan de la Palma, con misa cantada a la que asistió el General Gonzalo Queipo de Llano, celebrándose el primer besamanos de la Virgen de la Amargura.

Foto:http://blogs.grupojoly.com/amargura-y-silencio