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El periodo estival, una época que habitualmente adolece de noticias realmente trascendentales en el universo cofrade, suele ser propicio p...

El periodo estival, una época que habitualmente adolece de noticias realmente trascendentales en el universo cofrade, suele ser propicio para que se reproduzcan determinadas informaciones que suelen repetirse cada año por las mismas fechas. Una de ellas es la previsión que sobre el clima de la próxima Semana Santa se deriva del “estudio de las cabañuelas”, esa pseudociencia perfectamente imperfecta que, por propia definición suele fallar todos los años. Basta con recordar que el año pasado por estas mismas fechas, las cabañuelas preveían lluvias moderadas y generalizadas para la Semana Santa de 2017 y ya saben cómo fue la cosa.


Sin embargo, los cabañuelistas no cejan en su empeño y año tras año vuelven a realizar sus pronósticos que sirven de entretenimiento en la quietud del verano al tiempo, que provocan el cabreo generalizado entre aquellos que se las creen cuando no son favorables. En este caso, los primeros indicios con vistas a 2018 ya apuntan a que la primavera será lluviosa, pasada por agua – eso sí, no descarten que mañana otro cabañuelista diga exactamente lo contrario, así de exacta es la cosa -, lo que inmediatamente ha sido reproducido a diestra y a siniestra para desesperación de unos pocos, regocijo de los anti todo y divertimento de la mayoría. 

Al parecer, rizando el rizo del adivinar por adivinar, semejante vaticinio no se ha basado ni tan siquiera en la suposición del tiempo que hará el próximo año en función de lo que nos depare el clima en agosto sino que, llevando el ridículo al extremo, han utilizado los pronósticos para el mes que acaba de comenzar para deducir qué tiempo hará en 2018. Toda una prueba de fe.

Teniendo en cuenta que la primavera es una estación en la que la inestabilidad suele ser la tónica habitual, lo que implica que los pronósticos con más de unos días de antelación se antojen una auténtica quimera, y aventurarse a un horizonte más amplio de un par de semanas suele ser garantía de error, imaginen lo que significa pronosticar con más de medio año de antelación basándose además en un método cuando menos discutible. No obstante, insistimos, como divertimento estival, ya saben: Según las cabañuelas, la próxima Semana Santa será pasada por agua… alguna vez tienen que acertar. Esperemos que en esta ocasión tampoco. No se las crean.

Fuente: http://www.gentedepaz.es/las-cabanuelas-apuntan-a-una-primavera-de-2018-pasada-por-agua/