A lo lejos se escucha una campana. El sonido es conocido por todos los bañistas y sólo puede significar una cosa: Ha llegado la hora del du...

...!!Pasteles!!..

A lo lejos se escucha una campana. El sonido es conocido por todos los bañistas y sólo puede significar una cosa: Ha llegado la hora del dulce. Hace calor, demasiado, y a lo lejos se ve un carrito lleno con varias cajas llenas de pasteles. Cuñas de chocolate, palmeras, cañas, bombas, carmelas, donuts, napolitanas… La oferta es amplia y el precio barato. “¡Pasteles a euro, venga niña, que traigo lo mejor!”, grita uno de los jóvenes.

Una vez llegan se reparten el territorio. Unos se quedan en un extremo, otros en torno a la torre y el resto en la otra punta. Así “barren” toda la playa.

La gente aborda el "carrito" de los pasteles que visita la playa cada tarde como las tortugas cuando nacen y corren derechas hacia el mar… A por la cuña de chocolate y los piononos. No hay tiempo que perder.

Fotos: SMCE  (Playa de Regla, Chipiona)


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