Y con la Pascua, volvieron nuestras contradicciones de siempre con la crudeza de siempre. La España de templos casi nunca llenos y calles repletas de fieles y curiosos. La fe popular y vibrante que no atiende a encíclicas ni teologías, pero lleva a Dios y a Su Madre en lo más profundo de su alma. La misma que aúna creyentes fervorosos con cofrades ateos y penitentes agnósticos.
Fotos SMCE
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