La floración se ha anticipado por las altas temperaturas de este Febrero sin lluvias y lo cierto es que esos brotes en ciernes son un anuncio anticipado de lo que ha de venir. Y esta vez va en serio.
Después de dos años en el exilio de la nostalgia, refugiados en el sentimiento de la rememoranza, nos toca volver a vivirlo. No seremos los mismos -ay, a cuántos vamos a echar de menos-, pero eso aumentará el disfrute: será como la primera vez fue, con esa mezcla de estupefacción y desconcierto con que se experimentan el estreno del dolor y del gozo.
Foto Jaime Camacho.
Via Crucis del Cristo del Consuelo, Daimiel
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