El interés por encerrar la Semana Santa en las sacristías y por borrar el sentimiento cristiano de España ni es de ahora ni ha surgido con o...

Mantener las creencias y costumbres a pesar de la atipicidad de estos días.

El interés por encerrar la Semana Santa en las sacristías y por borrar el sentimiento cristiano de España ni es de ahora ni ha surgido con ocasión de la pandemia, aunque algunos quieran aprovecharla para incidir sobre lo ‘progre’ y moderno que es arrinconar las creencias de los otros. Desde los intentos de convertir fiestas cristianas en solsticios, hasta promocionar el afán por el descanso y por las vacaciones playeras, todo se les hace poco para su intento. Lo que pasa es que, incluso en circunstancias tan especiales como las que estamos viviendo, los intentos pinchan siempre en hueso.

Por mucho que algunos, incluso desde algunos medios de comunicación que pasan por solventes, se afanen por demostrarnos que «no hay Semana Santa», la realidad es muy diferente. Basta con fijarse en muchos de nuestros balcones engalanados y en las gentes que se afanan por mostrar su devoción y su afán por mantener creencias y costumbres a pesar de la atipicidad de estos días.

En España sí ha sido Semana Santa y las gentes se preocupan por presenciar ceremonias y procesiones en la televisión e incluso mantienen tradiciones desde balcones y terrazas. Son ceremonias vacías de asistentes y procesiones retomadas de años atrás y que son seguidas con todo el entusiasmo y la ilusión y el interés de cada año. 
Escaparate Floristería Ortega Utrilla, Daimiel


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