La Semana Santa se ha saldado sin incidentes reseñables, con el cumplimiento generalizado de las normas anti-Covid-19 por parte de las herma...

El balance de lo vivido.

La Semana Santa se ha saldado sin incidentes reseñables, con el cumplimiento generalizado de las normas anti-Covid-19 por parte de las hermandades y cofrades que han participado de las actividades programadas. Las hermandades han dado todo un ejemplo de responsabilidad y de compromiso con la ciudad y la sociedad a la que tan bien sirven, ya que en los pocos actos que han tenido lugar se han cumplido estrictamente las medidas sanitarias.

El balance de la Semana Santa de 2021 no puede sino ser un tanto agridulce. No ha habido procesiones ni se han escuchado tambores en las calles, pero los cofrades han podido volver a reunirse –con restricciones– y venerar sus imágenes solo en algunos casos (hablo de Daimiel) como el de Jesus Nazareno, al resto de imágenes no hemos podido disfrutarlas en veneración o presentadas ante los fieles de una manera extraordinaria durante la Semana Santa.

Sí ha habido algo, siempre con aforo muy reducido, y ha sido de oración íntima y devoción personal que de culto compartido. Lo bueno es que Internet ha sido un buen nexo de unión entre cofrades, fieles, devotos y amantes de las tradiciones y la imaginería. 

Los cultos propios de cada día se han retransmitido grabados o en directo y han tenido un importante número de seguidores, así que dentro de lo malo el balance no es negativo. O no del todo. 

Nos debemos sentir satisfechos de que la red de redes haya dado a conocer a estas entidades, que es una buena vía para apreciar más su labor y la propia Semana Santa. 

Este año abundaba la resignación y tristeza, pero también esperanza en que la de 2022 pueda ser como antes. Sentimientos compartidos por hermanos y cofrades de capital y provincia. Y de toda España.

La Semana Santa de 2022 será tardana, pero se recibirá con más ganas que nunca, sobre todo, si queda atrás la pandemia y los pasos, las peanas, los tambores y las cornetas pueden volver a tomar las calles.

En otros lugares fuera de Daimiel (sin salirnos de la provincia), exposición de enseres cofrades,  altares extraordinarios, disposición de las imágenes nunca antes vistas o poco habituales han dejado un reguero de estampas inolvidables para este año tan atípico.  Una luz de esperanza para vencer al pesimismo y a la desgana. 

SMCE

foto Cofradía Ntro Padre Jesus Nazareno



 

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