El tiempo pasa y con él también se pierden muchas cosas. La maldita memoria nos provoca que las echemos en falta recordando todo lo bueno y ...

Añoranzas



El tiempo pasa y con él también se pierden muchas cosas. La maldita memoria nos provoca que las echemos en falta recordando todo lo bueno y desechando todo aquello malo que nos dañaba. El recuerdo que más me viene a la cabeza es el de aquellos profesores que siempre decían que cuando saliéramos del colegio desearíamos volver. ¡Bendita razón! Al pasar los años te das cuenta de que estas cosas se tornan realidad. La vida es dura y en la inocencia de años pasados reside la verdadera felicidad. ¿Cuántas veces de niño habré deseado ser mayor para cumplir mis sueños y una vez alcanzadas esas metas haber deseado volver atrás?

Con el tiempo se pierden vivencias, familiares, amigos, cosas que antes hacías de corrido y que ahora se te cierran en tus narices. Recuerdo aquella primera fiesta, aquel primer beso, primer campamento, primer concierto o festival. La vida se compone de primeras veces y de lo que conseguimos recordar de ellas. 

Pensemos por una vez en aquellos que no podrán vivir esos momentos, los jóvenes. Los telediarios abren siempre con otros colectivos pero no nos paramos en pensar en estos adolescentes que ven como lo que debía ser la época de rebeldía y de diversión se les arrebata por la maldita pandemia que nos atormenta desde hace ya más de un año. Solo quedará pedir para que esta situación sea revertida y que la nueva realidad no sea nueva sino la que antes disfrutábamos.
foto SMCE




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