Dejando a un lado el anecdotario, las curiosidades cofrades y las ‘corrientes de pensamiento’, la cuestión se basa ahora en el horizonte que...

El nuevo horizonte que espera a nuestras Hermandades y Cofradías.

Dejando a un lado el anecdotario, las curiosidades cofrades y las ‘corrientes de pensamiento’, la cuestión se basa ahora en el horizonte que se vislumbra para los próximos meses. Nada alentador. Las tertulias cofrades hubieran aprovechado mejor el tiempo si, en lugar de pensar si se sale o no se sale —creencias aparte—, se hubiera configurado un proceso de adaptación a los complicados tiempos que se acercan. Tan dificultosos tanto que en un futuro podría darse el caso de la disolución de algunas hermandades. Esperemos que nunca haya que recurrir a este titular para tomarlo como premonitorio.

La cuestión económica es más grave de lo que parece. Una vez suspendida la Semana Santa en todas y cada una de las poblaciones andaluzas y españolas, el auténtico enemigo se va a encontrar en los ajustes de cuentas. En las partidas de gasto y en las exiguas entradas de ingresos. Ahí es donde la pandemia puede hacer verdadero blanco en las corporaciones nazarenas. Y ahí es donde habrá que sortear el hachazo que se aproxima para que, al menos, sea lo menos letal posible.

Con una Semana Santa suspendida, entramos de nuevo en un escenario de ingresos cero. Muchas cofradías se nutren económicamente del reparto de las sillas y palcos de la carrera oficial. El ya pasado año 2020 se esquivaron los problemas económicos pero ahora quedan doce meses más de vía crucis. A este importante flujo de entrada de ingresos hay que añadirle que un porcentaje nada desdeñable de hermanos no actualizan sus cuotas al ver el futuro incierto. Las loterías han bajado en las previsiones de venta y los eventos que se organizan para fortalecer las tesorerías no constan ahora en la hoja de ruta de las juntas de gobierno.

En definitiva, los problemas de las cofradías son más serios que si salimos este año o lo dejamos ya para el 2022. Todos los cofrades tienen un mismo denominador común: el deseo puesto en una Semana Santa como la que siempre hemos conocido. Llegar, es más que probable que se llegue a ese escenario. Tarde o temprano el ser humano se impondrá a la pandemia. La vacunación masiva de la población será el gran hachazo al virus, al menos a priori. Pero también se puede advertir que, al ritmo que se está llevando la inmunización por medio de vacunas, no será de la noche a la mañana. La pregunta es ahora en qué condiciones llegarán las cofradías a la recta final. Y mientras unos reflexionan sobre esta importante cuestión, otros siguen pensando en que queda un resquicio para la esperanza. Es como querer tomarte el antídoto de un veneno justo debajo de una espada de Damocles.

Foto Archivo
Semana Santa Córdoba



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