Ya lo dice el viejo refrán castellano cuando sentencia aquello de “el hombre dispone y después llega el toro y lo descompone”. Algo muy si...

Un curso cofrade pandémico

 



Ya lo dice el viejo refrán castellano cuando sentencia aquello de “el hombre dispone y después llega el toro y lo descompone”. Algo muy similar ha ocurrido en este curso cofrade que acaba de dar su última ‘chicotá’ y que queda ahi, como un paso, para siempre.


Con la llegada de la epidemia del COVID-19 se hundía prácticamente la mitad del curso cofrade 2019 — 2020


La procesiones tuvieron que suspenderse tras muchos años ininterrumpidos de cofradías en las calles.


Muchos kilos de impotencia y fardos cargados de pesadumbre en un tiempo que, para cuando haya vacunación o remedio terapéutico, será recordado como una pesadilla. 


Gran historia de abuelo cebolleta para transmitirla a los nietos alrededor de una chimenea en una noche invernal con lluvia. 


Y creo sinceramente que no será la última vez que ocurra porque todo conduce a que el curso que comienza pasado mañana, tendrá los mismos ingredientes, quizá tengamos que poner nuestra mirada en la Semana Santa 2022.

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