Un buen amigo me dijo una vez que las cosas no son complicadas, sino las personas. A menudo buscamos problemas donde no los hay y parece q...

Cuestión de actitud

Un buen amigo me dijo una vez que las cosas no son complicadas, sino las personas. A menudo buscamos problemas donde no los hay y parece que nuestras ansias son tan grandes que no nos saciamos jamás. Solucionamos una cosa e inmediatamente encontramos otra en la que mantener la cabeza ocupada. Volvemos a lo de siempre, cuestión de actitud.

Todo depende de cómo se mire y de cómo lo mires. Las cosas tienen la importancia que cada uno le da y si obvias algo, eso desaparece. Actitud ante los problemas, ante las adversidades y también alegrías. Actitud ante lo que te viene y capacidad de reacción. Como el reflejo automático cuando un vaso se resbala de tu mano, o cuando un niño cae cerca tuya. Esa reacción inesperada, independiente de ti aunque tu vida corra peligro. El reflejo es más fuerte que tú mismo y no lo puedes evitar. Actitud de superación ante lo que te pase y darle más importancia a lo que te mueve por dentro y no a lo que yo llamo “incompetencias programadas”: personas, cosas, objetos, lugares, que te frustran, te empequeñecen y te anclan en el mismo sitio. Una incompetencia provocada por todas esas veces que sabemos lo que queremos y no lo hacemos por el qué dirán, una simple vagueza o lo que queráis, pero no la hacemos.

Esa gente que se mueve por impulso. Que todo lo vive con tal intensidad que más que vivir, sobrevive. Pero son así. No hay más. Se equivocan, sí; pero el premio es mucho mayor cuando aciertan. O mejor dicho, cuando no se equivocan.

Bienvenidos al Otoño 2019.
Foto SMCE

0 comentarios: