Foto Ayuntamiento Daimiel Con el esplendor del Domingo de Resurrección acaba la Semana Santa del año 2018. Sin duda, una se...

El reflejo de un pueblo que se viste de gala para agasajar a los suyos.


Foto Ayuntamiento Daimiel

Con el esplendor del Domingo de Resurrección acaba la Semana Santa del año 2018. Sin duda, una semana grande para Daimiel y todos los daimieleños. Cientos de cofrades han dedicado parte de su vida a hacer más grande Daimiel. Niños, más niños, mayores y más mayores han renovado un año más nuestras tradiciones. Algunos con más fe y otros con más pellizco. Unos disfrutando del sentido más espartano y transcendente y otros emborrachados de la explosión teatral que inunda las calles de Daimiel. Al fin y al cabo, el reflejo de un pueblo que se viste de gala para agasajar a los suyos.

La Semana Santa de Daimiel es, como tantas de nuestras tradiciones, un reflejo de nuestra sociedad. Es fe y devoción, pero también es cera y puestos de globos. La Semana Santa de Daimiel, mi Semana Santa  va desde la penitencia al encuentro de amigos de la infancia. Va de la Amargura a la Desolación del Sábado Santo,  como del bacalao a las torrijas.  

Gustos, opiniones y credos aparte, nadie puede dudar del importante atractivo turístico que tiene nuestra semana grande. Es imposible verla como algo negativo salvo que la mirada del observador esté predestinada, premeditada y sectariamente preconcebida. No hace mal a nadie, hace el bien a muchos y trae alegría y riquezas. Tanto para los que se van, los que se quedan y los que vienen. Y en ese empeño hay muchos daimieleños de bien: que cada vez vengan más a visitarnos y de ahí la importancia de que la Semana Santa de Daimiel sea reconocida como fiesta de interés turístico nacional.

La Semana Santa de Daimiel cumple casi todos los requisitos para ser declarada de interés turístico nacionall: antigüedad, arraigo, equipamientos turísticos,  pero nos falta difundir por todo el mundo su originalidad. No basta que lo sea, es necesario contárselo al mundo entero y que se enteren.  Pero aún falta ese empujoncito de promoción nacional y las administraciones deben estar del lado de Daimiel. Por lógica y por justicia. 

Cierto es que si conseguimos que la Semana Santa de Daimiel sea declarada de interés turístico nacional, al día siguiente las calles no estarán necesariamente más limpias ni con menos baches o conseguirá el pleno empleo en nuestra tierra, pero ayudará a todo ello porque posicionará a nuestro pueblo en el foco de la atracción nacional. Tendremos el foco del turismo nacional en nuestra ciudad y eso, al final, es bueno para todos.

En cualquier caso, la Semana Santa de Daimiel es muy grande gracias a todos los hombres y mujeres que donan su tiempo y su vida a una pasión que se contagia de padres a hijos. Es inmaterial y mundial, con o sin denominación. Le gusta a todos y al que no le guste es aconsejable que vuelva a mirar, que seguro que es capaz de comprender la importancia que tiene para nuestra tierra y nuestra gente.

Os dejo un resumen en video de la Semana Santa de Daimiel 2018 de la página Pasión Daimiel

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