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| Hdad de el Calvario, foto A.G. |
Aunque Sevilla no volverá a vivir por segundo año consecutivo la Semana Santa por sus calles, cientos de personas se volcaron ayer con las hermandades visitando los templos y convirtiendo el Viernes de Dolores en una jornada gozosa de vísperas. En su basílica, el Señor del Gran Poder amaneció con la túnica de cardos. En escaso tiempo se completó el aforo con numerosos fieles que fueron a rezarle, a la espera de que hoy se acerquen muchas más personas al besamanos. En la capilla de los Marineros, la Esperanza de Triana se presentó con una imagen insólita al pie de la cruz, vestida de hebrea, como en 1932, y el Cristo de las Tres Caídas con una túnica de damasco rojo en el suelo del presbiterio. Por la tarde, el arzobispo Juan José Asenjo bendijo la capilla de la Estrella. Las mayores emociones de la jornada se vivieron en los barrios. Muy transitada fue la parroquia de San Isidro Labrador de Pino Montano —como se aprecia en la imagen superior—, donde se veneró el misterio al completo de Jesús de Nazaret, sobre el canasto, y la Virgen del Amor bajo palio. En Heliópolis, los niños del Claret visitaron al Cristo de la Misión y a la Virgen del Amparo. Por su parte, cientos de personas le rezaron al Cristo de la Corona en la capilla de los marqueses de Yanduri de la Catedral.
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