Entre la primera foto que corresponde al altar de veneración de la Virgen de la Hiniesta Dolorosa y la segunda foto en que la Virgen se halla subida al paso de palio, vestida de hebrea y dispuesto todo para realizar el septenario dedicado a dicha imagen en el presbiterio de la iglesia parroquial de San Julián, solamente han transcurrido 24 horas y además en tiempos de pandemia con lo que eso conlleva.
Esto no es por arte de magia, evidentemente tiene su explicación. En la presente cuaresma la hermandad está estrenando nueva Junta de Gobierno, resultante vencedora en unas disputadas elecciones con otra candidatura, comicios donde se prometieron muchas cosas reflejadas en el programa electoral y ahora toca cumplir con lo prometido y como obras son amores y no buenas razones que mejor ejemplo que visualizar las ideas y el compromiso de los nuevos dirigentes de la hermandad con sus hermanos que demostrar su capacidad de trabajo. Porque esa realidad de cambiar el escenario de esa manera no está al alcance de muchas hermandades, eso demuestra un colectivo importante en la priostía y también una estrecha colaboración con el párroco, lo cual redunda en la idea de que cuando se quiere se puede.
Esperemos que estos inicios tan prometedores de ganas de hacer cosas por la hermandad, por los hermanos y por el barrio perduren con la misma vitalidad a lo largo de todo el mandato lo cual será una buenísima señal que beneficiará a propios y extraños.
FOTOS Y TEXTO Alfonso Garcia
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