LA FASE 1 EN LOS TEMPLOS SEVILLANOS

Después de haber pasado dos meses desde el cierre de las iglesias y capillas de Sevilla como consecuencia de la declaración del “estado de alarma” por mor de la pandemia del coronavirus, la ciudad ya se encuentra en la fase 1 de la desescalada lo que ha permitido que nuevamente se abran los templos y se vuelvan a realizar misas. Aunque lo más importante es que los devotos y cofrades después de la frustración de no poder haber vivido una semana santa plena, al menos ahora podemos acercarnos a nuestros sagrados titulares para rezar, para dar las gracias, para hablar con ellos, para fortalecernos de cara al futuro.

Y por otro lado como la situación es atípica pues nunca habíamos vivido cosa semejante en los últimos tiempos, es la que nos deja imágenes insólitas que es bueno guardar, confiando que en el futuro nos parezcan extrañas y no normales.

Las fotografías hablan por sí mismas, todas están realizadas en la mañana del viernes 22 de mayo de este 2020.

En la basílica del Gran Poder los fieles con mascarilla y debidamente separados, con los bancos señalizados, al igual que ocurre en otros templos sevillanos. Otra forma de presentarse el interior de la iglesia es con la desaparición de los bancos y cambiarse por sillas y la presencia de los geles hidroalcohólicos que han permutado por las pilas de agua benditas.

También resulta anómalo ver todavía una Dolorosa vestida de hebrea o de luto, así como fuera de sus altares habituales de culto buscando la cercanía de los feligreses.

Curiosamente con la reapertura de la parroquia de San Andrés, la Hermandad de Santa Marta ha podido montar el altar para el triduo de la Virgen de las Penas.

Y por último como si fuera un resto de un naufragio, la visión del palio de la Virgen de las Lágrimas medio montado en una nave lateral de la iglesia de Santa Catalina.

Texto y fotos Alfonso García