Tener un blog te da muchísimas satisfacciones, siempre digo y diré, que es de lo que menos me arrepiento en mi vida. Y este ya es el tercero en el que trabajo. Pero…
1. Cuando llegas a este mundo y decides que quieres un blog, "toooodoo" es nuevo para ti. Te das cuenta que eso que te parece tan bonito, no es nada fácil.
Ideas, conceptos, términos nuevos… si quieres conseguir un objetivo utilizando un blog como arma, puedes, pero el camino va a ser abrupto si no tienes una buena estrategia.
2. Esos posts que publicas con toda la ilusión y esfuerzo que provocan reacción 0. Para llorar.
3. O esos posts en los que das ideas o resuelves dudas, y alguien, porque siempre hay alguien, te pregunta por algo de lo mas superficial, cuando ya lo has dicho en el post.
4. Esos buscadores integrados que muchos blogs tienen o ¡Google! ¿para que utilizarlos si directamente puedes preguntar? Te hacen la pregunta de algo que has escrito en el post en un comentario del Facebook.
5. Quienes solo dejan comentarios sin valor con el único afán de promocionarse.
6. Otra de mis favoritas son esos/esas que lo saben todo y sabiendo la dedicación que un blog conlleva, siempre te van buscando la puntilla o no te dejan pasar ni la coma que te has olvidado. Muy fan.
Porque detrás de cada blog te caigan mejor o peor, hay personas, personas que en el 99% de los casos tienen sentimientos y el trabajo que realizan lo hacen por amor al arte.
8. ¿Y que decir de lo gratis?
El tiempo tiene un valor, o al menos cada uno dispone del suyo como más le conviene, ¿no?
¿Y todo esto a qué viene?
Pues nada sólo poner en común lo que conlleva tener y mantener un blog de la materia que sea, y que en la mayoría de las ocasiones el trabajo que te da es menor que todo lo bueno que te puede generar.
SMCE
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