Las primaveras no perdonan Las primaveras no perdonan, irremediablemente van pasando las hojas de un libro polvoriento que viene escrib...


Las primaveras no perdonan
Las primaveras no perdonan, irremediablemente van pasando las hojas de un libro polvoriento que viene escribiéndose con la tinta de nuestras vivencias desde tiempos inmemoriales, capítulo tras capítulo; generación tras generación, sin prisa pero sin pausa. Ese libro es una crónica pormenorizada de todas nuestras hazañas, en él se narran los sueños que escaparon de nuestro recuerdo, aquellas historias de amor que creímos haber guardado celosamente, y por supuesto también todas y cada una de nuestras correrías de la niñez, aquellas con las que aprendimos a conocer las verdaderas entrañas de nuestra Semana Santa.

Las primaveras no perdonan, las flores nos despiertan con su aroma del oscuro letargo al que el invierno nos tiene sometidos. Son fechas de preparativos, de guiños al pasado volviendo a retomar unas costumbres que no entienden ni de tiempos ni de épocas, pues he ahí la magia de las vísperas: la de demostrarnos que nuestras costumbres más enraizadas no cambian a pesar de que vemos cambiar todo lo que las rodea. Por más que cambien los tiempos, la cuaresma volverá a durar cuarenta días; cuarenta días que pasarán, como pasa el viento entre los naranjos componiendo esa sinfonía de espera que nos acompañará durante el mes de marzo. Serán tiempos de cartas, boletines, de recibos, de ensayos y de rituales propios de cada casa que nos harán sentir más partícipes que nunca de la Semana de Pasión.

La semana que se teje con las ilusiones de un pueblo que espera su llegada.


El tiempo se ha consumido de la misma forma que se consume el cirio al tocar el fuego, se han vuelto a agudizar los sentidos, el aire de l...

El tiempo se ha consumido de la misma forma que se consume el cirio al tocar el fuego, se han vuelto a agudizar los sentidos, el aire de la ciudad se ha transformado de nuevo en el aroma de los siglos pasados.

Sorprende como todo se acelera cuando la ceniza bendice la frente de la ciudad. El alma, el corazón, el sentimiento de la gente vuela. La celeridad del Domingo mágico de la Luz cambia la forma de pensar, restaura la mentalidad del cofrade a medida que van muriendo los días en el calendario.

Efectivamente, parece que el aire ha vuelto a cambiar otra vez, como cada año. El recorrido de nuevo es el mismo, no nos damos cuenta de que esto que está empezando a nacer es algo que nunca terminó de morir, porque en nuestra mente la Semana Santa ni nace ni muere, simplemente está ahí.

En ciudades como Sevilla forma parte de la ciudad, del corazón de la ciudad. Mas que formar parte, podríamos decir que la Semana Santa es la ciudad o que la ciudad es la Semana Santa. No sabemos donde empieza una y donde termina la otra, ambas se necesitan, dependen del mismo aire para vivir.

Espectacular. Si es que todo tiene que ver. Todo. En Semana Santa no hay desperdicio visual, auditivo (bueno, salvo el tío que silva las m...

Espectacular. Si es que todo tiene que ver. Todo. En Semana Santa no hay desperdicio visual, auditivo (bueno, salvo el tío que silva las marchas), táctil ni de ninguna otra clase. Este paso delante de las mismísimas narices del fotógrafo es una pura expresión de contundencia y belleza. Y eso, sólo mirando esto que aquí se muestra. Espectacular de arriba abajo este paso de la Coronación de Espinas de Jerez de la Frontera el Domingo de Ramos 2018.
foto SMCE

El Señor de la Humildad,  la nueva imagen de Romero Zafra para San José de la Rinconada, Sevilla

El Señor de la Humildad,  la nueva imagen de Romero Zafra para San José de la Rinconada, Sevilla

Algunas hermandades cuidan la sincronización de los portadores con la música y los convocan para ensayar. Hace pocos años, había quien lo...

Algunas hermandades cuidan la sincronización de los portadores con la música y los convocan para ensayar. Hace pocos años, había quien los hacía pero en la más absoluta clandestinidad. Sólo mencionar la palabra ensayo era como renegar de la 'patria' daimieleña. Sin embargo, cada vez son más las cofradías que congregan a sus hombres y mujeres que alzan de un trono para fijar un paso específico con una marcha determinada o tan sólo que todos lleven el mismo paso y el trono ande mejor.

 El resultado de acompasar una marcha es aplaudido por muchos y criticado por otros. Como sea, desde ya la iniciada Cuaresma se cita a los portadores con el objetivo de darle más importancia al binomio música y andas, para añadir un ingrediente más a la puesta en escena de una cofradía en la calle.

Así, la cofradía de "los Corbatos" convocó a los portadores de la Virgen para ensayar con el paso. Es una de ellas. En este caso, ha sido la primera vez que se ha llevado a cabo en las inmediaciones de la iglesia de San Pedro, entre otros con el objetivo de "consolidar el grupo y perfeccionar el trabajo de cada Viernes Santo".

Asimismo, podemos decir que estas iniciativas fomentan los lazos de unión entre los participantes toda vez que sirven para iniciar una preparación bajo los varales. Al finalizar cada ensayo, se puede compartir un rato de convivencia entre todos los participantes.

Pero esta hermandad no es la única que ha realizado ensayos, la de "los blancos", la primera Cofradía que puso en marcha los ensayos con un trono en Daimiel, también ha convocado a sus portadores este fin de semana.

SMCE

Seis hermandades, y una agrupación parroquial,  Sábado de salen el  Sábado de Pasión a las calles de Jerez en esta interesante jornada...


Seis hermandades, y una agrupación parroquial,  Sábado de salen el  Sábado de Pasión a las calles de Jerez en esta interesante jornada de vísperas. El futuro de la Semana Santa ya es presente, gracias al auge y el empuje de muchas de estas corporaciones, que se han fundado haciendo las cosas con un gusto exquisito, lo que les ha permitido convertir el Sábado de Pasión en uno de los días más interesantes de esta Semana Santa, pese a que todavía el patrimonio de las corporaciones apenas si se ha desarrollado.

El Sábado de Pasión, jornada de vísperas de la Semana Santa de Jerez, tenemos 6 cofradías en la calle, la Hermandad de La Salvación, la Hermandad de la Salud de San Rafael, la Hermandad del Cristo de la Sed, la Hermandad de La Pasión, la Hermandad de la Sagrada Mortaja y la Hermandad de La Entrega.

Fotos SMCE





Tenemos la obligación moral de transmitir a nuestros hijos y nieto s (cuando tengamos) el patrimonio devocional que hemos heredado o, inc...

Tenemos la obligación moral de transmitir a nuestros hijos y nietos (cuando tengamos) el patrimonio devocional que hemos heredado o, incluso, el que hemos sido capaces de atesorar durante los años de pertenencia a nuestra hermandad, bien sea desde el anonimato de una presencia ocasional, de una visita esporádica pero reparadora y vitalizadora a nuestros titulares, de la incorporación anual al cortejo penitencial, siempre distinto, siempre pleno de vivencias y recuerdos entrañables, e incluso, en la distancia, aferrándonos a la estampa que guardamos con mimo y mostramos a los demás, en prueba palpable de nuestros sentires espirituales, o bien desde el compromiso adquirido en una etapa indeleble de nuestras vidas, por haber asumido responsabilidades de gobierno y que habrá dejado huella en el ámbito familiar, especialmente cuando esa fuerte vinculación temporal no desaparece o se desvanece con la culminación del mandato.

Asimismo, son incontables y absolutamente necesarios los hermanos que entregan su tiempo, sin medida ni recompensa material alguna, para colaborar en todas las áreas de la hermandad, primordialmente en la priostía y la secretaría, manos fraternas, personas sencillas que no anhelan posiblemente un cargo, pues saben que el mejor modo de servir es entregándose, sin perderse en reflexionar sobre quiénes dirigen los destinos de la hermandad en cada momento, pues ellos trabajan y ofrecen sus conocimientos y capacitación para seguir escribiendo la más brillante y fructífera historia de la gran familia cofradiera en la que están insertados. Otro ejemplo cotidiano del más asentado enriquecimiento en los fervores personales y comunitarios.

Pues ese es el exclusivo bagaje que hemos de transferir inexcusablemente a quienes toman ya el relevo de nuestras devociones, compartiéndolas con la intensidad del amor filial o expectantes a cuanto de sus admirados abuelos son capaces de percibir, con la presteza, frescura y asombro de sus escasos años. Desde el primer contacto con el manto de la Virgen que recoge nuestras cuitas y amores o a los sagrados pies o manos del Señor de nuestra más profunda veneración; con la primera túnica de lactante o ya de inquieto y jovial monaguillo, imagen perfecta de un futuro asegurado; con el hábito nazareno que les otorga una inusitada formalidad en el cortejo y los deseos de cumplir con su deber como hermano; o como punto de unión entre el pasado y el porvenir, entre el ayer y un mañana que ya se hace realidad en el hoy de esas figuras contrapuestas por la edad y la experiencia, todos estos valores cofradieros son el mejor legado que podemos entregar afectivamente a quienes deben ocupar nuestras preferencias. Y esa misión educativa, privilegiada y entrañable, tiene para mí, ahora, un nombre: nuestros hij@s.



Hace tiempo que lo digo, pero cada día estoy más convencido. Las hermandades se asemejan mucho en su funcionamiento a los partidos polític...

Hace tiempo que lo digo, pero cada día estoy más convencido. Las hermandades se asemejan mucho en su funcionamiento a los partidos políticos, ya sea en su proceder o en su forma de actuar. Lo estamos viendo a diario, cuando organizan actos públicos o cabildos generales.

Dice el diccionario que la política “es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por hombres libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva… que promueve la participación ciudadana, ya que posee la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para promover el bien común”.

Hace poco, oí a un líder político muy influyente decir que “la política debía basarse en la paciencia, prudencia y responsabilidad”. Pues en las cofradías, también debe ser así. Sinceramente, no me preocupa que las hermandades se parezcan a los partidos políticos, pero sí que sus principios puedan basarse en el uso de las malas artes, en el espectáculo gratuito, en la puñalada trapera, en el fariseísmo más puro y en la falta de transparencia y democracia.

Los responsables de nuestras hermandades y los políticos deben coincidir en que su fin último debe ser servir a los demás, siempre buscando el bien común vestido con el traje de la ética más pura y de los principios más nobles.