La pandemia del coronavirus ha paralizado por completo esta actividad con el fin de evitar los contactos entre el fiel y la imagen. Ante est...

Besamanos y besapiés

La pandemia del coronavirus ha paralizado por completo esta actividad con el fin de evitar los contactos entre el fiel y la imagen. Ante este problema, un nuevo formato aparece: la veneración de la imagen sin beso.
Debido al COVID-19 se han limitado las visitas a templos y restringidos los cultos a distintos niveles, tanto internos como externos, de forma notoria. Las hermandades se han tenido que adaptar, como el resto de la sociedad, a esta pandemia y así vivir una nueva realidad. Quizás los cultos más perjudicados en este sentido sean los besamanos y besapiés que evidentemente están prohibidos. La pregunta es clara ¿Es el fin de estos cultos?
Momentáneamente, y mientras no exista una vacuna o tratamiento eficaz, creo que sí tiene en la actualidad los días contados. Supone un riesgo que tantas personas besen una misma imagen, los microorganismos que expulsamos por la boca o la nariz al respirar es lo que genera el contagio, éstos quedarían depositadas en las manos y en los pies de nuestros titulares.
Un besamanos, además de la carga simbólica de bajar la Imagen sagrada al mismo plano que los fieles, es un momento para la veneración especial sobre Ellas, permitiendo al devoto una cercanía que no puede tener en otro momento del año. Bajo ese prisma, que se pueda o no besar la Imagen creo que es lo de menos, lo importante es ese momento en el que te encuentras frente a frente con tu devoción. En la actualidad la mayoría de las Hermandades lo están sustituyendo por actos de veneración.

En la fotografía una imagen del acondicionamiento que ha se ha realizado en la  hornacina en la que recibe culto Nuestro Padre Jesus Nazareno de Daimiel.
(Foto La Cofradía)



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