Caridad del alma mía
la de la pena tranquila.
En tus serenas pupilas
la luz se hace poesía.
Y un rezo de Ave María
al verte brota sincero
y yo por quererte quiero
ser pañuelo de tu llanto.
Y así aliviar el quebranto
que empañe esos dos luceros.
Que por ti rosa temprana
todos los Miércoles Santo,
la tarde se vuelve canto
y la noche se engalana.
Que gracia en la filigrana
de ese palio tan torero.
Cuando la calle es albero
ante tu paso Señora
y Sevilla se enamora
del arte baratillero.
Que por ti rosa temprana
todos los Miércoles Santo,
la tarde se vuelve canto
y la noche se engalana.
Que gracia en la filigrana
de ese palio tan torero.
Cuando la calle es albero
ante tu paso Señora
y Sevilla se enamora
del arte baratillero.
Ignacio Pérez Franco.
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