Es muy difícil conversar con un necio y tarea inútil tratar de convencerlo, porque no se entera. Nos lo viene advirtiendo el Libro Sant...

De necios y tontainas


Es muy difícil conversar con un necio y tarea inútil tratar de convencerlo, porque no se entera. Nos lo viene advirtiendo el Libro Santo: "con los necios no consultes", aconseja el Eclesiastés y el de los Proverbios: "No hable a las orejas de los necios".

El ceporro se encierra en los suyo, que es el confín de sus convicciones, y cuando intenta traspasar los límites hasta la cordura resulta que es peor, que se hace más patente su ceporrez; que ya lo dicen por ahí que un tonto ilustrado es mas tonto que un tonto ignorante.

A la necedad, por entrometida, la encontramos en todas partes revestida de mil modos. Le da por opinar de lo que ignora y aconseja sobre lo que no entiende. Tontainas, que todo lo aplauden, y mas que tontos, los que a todo encuentran falta.

Hay necios que convencidos de que no existe en el mundo nada más que su pueblo y gilis que se entusiasman por cuanto viene de fuera.

Memez ilustre la del que nos quiere deslumbrar desde el vacío de su mollera y desde el hondón de su ignorancia y nos repite que la caridad empieza por uno mismo, que es máxima perfecta para olvidar al prójimo; que una imagen es mejor que mil palabras (que pocos libros habrá leído la criatura).

Los hay que son necios y listillos a la vez y cuando a la memez se le une la malicia, que es alianza frecuente y peligrosa, puede confundirnos. Son los que nos intentan engañar con estrategias que resultan pueriles, que se aprovechan bobalicona y astutamente de la buena fe, los que tras la pillería cometida tratan a los demás como si fueran los necios. Pueden confundirnos, si, pero por poco tiempo. La necedad se descubre por sí sola, salta lo mismo que el muelle escondido de la caja-sorpresa.

Los necios mas fáciles de descubrir son aquellos que se creen mas listos que nadie y presumen de estar al cabo de la calle, de vuelta de todo. De esos no hay que guardarse. Los temibles son los imbéciles que no lo parecen, los que le sacan un buen partido a su memez y a la de los demás ceporros encaramados que toman la plana mayor de la estirpe de los necios.

0 comentarios: