Foto SMCE Ahora que quedan pocos días de esta estación que tanto me encanta os hablaré de ella. El otoño es una estación de tránsi...

Últimos días de Otoño

Foto SMCE


Ahora que quedan pocos días de esta estación que tanto me encanta os hablaré de ella. El otoño es una estación de tránsito, casi un apeadero. Entre dos terminales tan rotundamente definidas como son el verano y el invierno, su misión parece reducida a cubrir un hueco para que el viajero se vaya haciendo idea de lo que le espera. Alguien hace tiempo descubrió analogías entre la penúltima etapa de la vida y el otoño. 

Bueno, pero en verdad, ¿el otoño es así? No sé, pero muchas veces estuve tentado de decir lo contrario, porque yo veo que al otoño como estación no de tránsito, sino de partida; lleno de energías, de ganas de lucha y de promesas. No me lo dice sólo la naturaleza, que le ha reservado el encargo de iniciar un ciclo que ha de durar todo el año; me lo dice lo que no es Naturaleza, porque en otoño se reanudan infinidad de actividades culturales, comerciales, cofrades y de convivencia. En otoño, o en sus vísperas inmediatas, los padres comienzan el inquietante y penoso itinerario del curso escolar y actividades extraescolares. En otoño empieza la Liga de Fútbol. En otoño resurgen de su letargo las conferencias, los conferenciantes, los cursos y actividades de todo tipo, hasta nuestras añoradas Tertulias Cofrades.

Creo que el otoño es una estación esplendida, dotada de exquisitos alicientes. Los descritos y muchos mas. Los árboles y parques estrenan esas galas de oro viejo, en una gama extensa que va desde el bermellón al amarillo. 

El paisaje tiene pulsaciones estremecedoras, y en definitiva es reflejo de lo que quiera cada cual. El melancólico verá representada su melancolía y el optimista, si quiere, su alegría de vivir. Depende de su temperamento y depende de su estado de ánimo. 

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