El tiempo es viento que no respeta. A veces, se vuelve huracán que arrasa usos y remueve antigüedades; otras, en cambio, despierta con sus...

Estampa del ayer

El tiempo es viento que no respeta. A veces, se vuelve huracán que arrasa usos y remueve antigüedades; otras, en cambio, despierta con sus cosquillas tradiciones que dormitaban, o arrastra novedades que acabarán arraigando en la tierra buena de las costumbres de nuestro pueblo. Sería difícil establecer un balance de lo que se perdió y lo que se innovó, e imposible predecir si el saldo resultante será positivo o negativo.
Procesión de "la borriquilla" de Daimiel, años 80, cuando salía por la tarde del Domingo de Ramos
Desconozco el autor de la foto

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