Qué bonito momento ese en el que, tras llevar uno tres cuartos de hora clavado en la acera como un marmolillo tragándose los nazaren...

En la gloria



Qué bonito momento ese en el que, tras llevar uno tres cuartos de hora clavado en la acera como un marmolillo tragándose los nazarenos de dos en dos, va el del delante y cuando al fin llega el paso aúpa a su churumbel sobre sus hombros para que lo goce. Si está usted curtido en esa forma de sufrimiento, sabrá de lo que hablo. (Salida de la Hdad de Las Aguas, Sevilla)
SMCE

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