Y llegamos al día de la Inmaculada en la que muchas Dolorosas descienden de los altares y hornacinas para acercarse a nosotros y ofrecerno...

Besamanos

Y llegamos al día de la Inmaculada en la que muchas Dolorosas descienden de los altares y hornacinas para acercarse a nosotros y ofrecernos su mano. Se trata de una de las jornadas más importantes y bonitas de cualquier corporación nazarena. Estamos hablando del Solemne Besamano. Imágenes que se hacen más nuestras aún y se muestran cercanas para que depositemos ese beso de amor sobre sus veneradas manos. Besamano con olor a incienso, galas al aire, bajo la solemnidad que sólo poseen estos benditos días.

El Besamano de nuestras imágenes más queridas, conexión directa de nuestra devoción, cercanía de Dios al género humano al que mira cara a cara ante el altar de una capilla. 

Tardes soleadas de largos paseos al encuentro con Cristo y con su Bendita Madre. Matrimonios con retoños, jubilados cogidos del brazo, jóvenes que de esta forma se acercan a este acto tan íntimo.

Un mar devocional que surca las calles de la ciudad, una marea santa que se afana en llegar a cada rincón, a cada iglesia abierta, a cada cucharada de incienso en la naveta del fervor.



 SMCE

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