Visto en Sevilla un día de Navidad, un niño con su capirote y su túnica puesta PREGÓN AL NAZARENO DE NAVIDAD Le pedí a Papa Noel u...

Las cosas de una ciudad que celebra Navidad y piensa en Semana Santa.

Visto en Sevilla un día de Navidad, un niño con su capirote y su túnica puesta
PREGÓN AL NAZARENO DE NAVIDAD
Le pedí a Papa Noel
un traje de nazareno
de la hermandad de mi barrio
por haber sido muy bueno.
Y cuál fue mi sorpresa
ayer por la mañana
que bajo el árbol encontré
la túnica que esperaba.
Con su antifaz, su capirote,
su cinturón y sus sandalias.
Blanca como la Luna llena
y perfectamente planchada.
Y como soy muy jartible
y me devora la espera
le pedí a mi papá
que por favor me la pusiera.
Que no podía aguantar
a que llegara Cuaresma,
que tres meses es mucho tiempo,
que cien días es mucha tela.
Así fue que me vistió
con mi blanca ropa nueva
y juntos fuimos al centro
para darnos una vuelta.
Eso sí, con mi antifaz,
que ya lo dicen las Reglas,
que hay que ir siempre cubierto
cuando se hace penitencia.
Qué orgulloso me llevaba
cogido siempre a su mano,
escuchando villancicos
y viendo los alumbraos.
Otros niños, asombrados,
me señalaban con el dedo
y venían a mi lado
a pedirme caramelos.
Y alguno que otro hubo
que forzando la garganta
gritaba por la avenida
¡¡La primera en la Campana!!
Las cosas de esta ciudad
de la gracia y de la guasa
que celebra Navidad
y piensa en Semana Santa.

(Texto La Soga de Judas)

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