Francisco Robles en su libro Tontos de Capirote disecciona la fauna cofradiera, clasificando al personal según la actitud, o su afición pa...

Hay quien puede verse identificado

Francisco Robles en su libro Tontos de Capirote disecciona la fauna cofradiera, clasificando al personal según la actitud, o su afición particular. Todos somos tenemos algo de aquellos tontos aunque últimamente con esto del boom cibernético hay algunos que hacen más ruido que otros.

Uno de los especímenes que más se hace notar de un tiempo a esta parte es el cofrade protestón. Todo le molesta, todo le incomoda, todo se ha salido de madre, no hay nada que le satisfaga. En su imaginación habitan unas cofradías idealizadas, y unos cofrades ideales que simplemente nunca existieron.

Convive con el cofrade criticón, e incluso en ocasiones puede que los confundamos. Ambos, protestón y criticón, tienden a autodefinirse como rancios- de ayer por la mañana, claro- y autoproclamarse guardianes de las esencias-con olor a naftalina-.
El primero suele tener criterios que solo comparten unos cuantos de su especie, pero el protestón no tiene ni eso. Si un año el paso lleva solo claveles resulta muy soso, si lleva floripondios varios lo considera una barbaridad, si un año el repertorio musical es clásico le resulta aburrido, si es demasiado moderno considera que es indecente.

El cofrade protestón suele echar encara al resto de la fauna cofradiera actitudes que el repite hasta la saciedad, ya saben aquello de la viga en el propio y esas cosas. Y suele poner el grito en el cielo cuando alguien le da importancia a temas que él considera secundarios, y ante la saturación audiovisual cofradiera fuera de temporada.

Lo que no dice nuestro amigo el cofrade protestón que vivir ajeno al ajetreo del calendario cofradiero y lejos del bombardeo de información es muy fácil, basta con cambiar, aunque sea de cuando en cuando el dial de la radio, buscar temas alternativos cuando navegamos, y llegado el caso borrar en nuestra tele ese canal que está emitiendo enlatados cofradieros 24 horas al día.

Hay un sector dentro de los cofrades protestones que merece mención especial. Los que critican a los que escriben en un blog y luego son los primeros y mas asiduos lectores del mismo.

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