Continuamente estamos viendo en las redes pequeños conflictos que pueden llegar a convertirse en un asunto negativo a grandes extremos. In...

Cuando escribimos en la web, las palabras cobran más importancia de la que creemos

Continuamente estamos viendo en las redes pequeños conflictos que pueden llegar a convertirse en un asunto negativo a grandes extremos. Incluso nosotros mismos hemos formado alguna que otra vez de una ‘pelea’ online.

Para ello podemos hacernos con el decálogo que creó la psicoterapeuta canadiense Kali Munro en 2002 en el que da consejos para reducir conflictos en la comunicación digital. De todos ellos, he hecho una selección de los que son más útiles en nuestro día a día: 

Cuando posteas en facebook, tuiteas o creas la entrada de blog más maravillosa que nunca has soñado hay alguien que da su punto de vista y sienta peor que madrugar un lunes. ¡Calma! No respondas en ese mismo momento. Tómate una café, deja incluso que pase un día entero y así meditas mejor la respuesta.

Ese mensaje que te han dejado quizás proceda de una persona a la que tienes que estar viendo continuamente en clase o en el trabajo. También puede ser que no quieras dar al resto de los usuarios de tu comunidad una imagen distinta de la que ellos tienen de ti. ¡Piensa lo que quieres lograr con tu respuesta!

¿Y si verdaderamente llevan razón tus lectores? Quizás la ambigüedad de tu post o tuit ha llevado al que está detrás de la otra pantalla a pensar lo que ha plasmado. Eso puedes solucionarlo buscando otros puntos de vista si tú mismo no eres capaz de darte cuenta del posible error. Pregunta a otras personas su visión acerca de tu publicación y la respuesta que quieres enviar.

Ahora bien, ¿qué hacemos con aquellos usuarios que con su comentario pretenden visibilidad? Responder no es siempre la mejor opción, caeríamos en su trampa.

Hay que tener siempre en cuenta que cuando escribimos en la web, las palabras cobran más importancia de la que creemos así que, ¡cautela!

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