Lecciones: Bulla y valla.
Si de lecciones va la cosa, otra y buena que ha dado la soberana Hermandad del Gran Poder –de Dios-, es la de saber como hacer las cosas. Y saber cómo hacer las cosas es llevar al Señor a la Catedral sin poner impedimento alguno, es tener una buena comunicación con sus hermanos, contando con el riesgo que suponen los cambios de día y hora por culpa de la meteorología, es saber andar y, sin necesidad de correr, anticipar su hora de entrada, es no aforar, es no vallar, es respetar y diluir con respeto y tacto la bulla, es su cortejo, es la seriedad sin capirote. La cofradía del Viernes Santo ha dado una tremenda lección: cuando se quieren hacer las cosas bien, aunque sea de manera extraordinaria, se hacen bien. A las hermandades, las hacen grandes sus hermanos; su junta de gobierno.
La Hermandad del Gran Poder juega en otra liga en esto de las hermandades y cofradías.
Lecciones: El gusto.
El gusto, haciendo punto y aparte con lo vivido con el Gran Poder, lo podemos encontrar este fin de semana bajo el coro de la Parroquia de la Magdalena. Es talla de Roque Balduque y es la delicia del otoño. Es el saber cómo ejecutar un besamano a la altura de las circunstancias. No pueden perderse por nada del mundo el exquisito besamanos de la Virgen del Amparo, que es a su vez, el prólogo del broche de oro que ella marca y cierra en las glorias de María en Sevilla.
0 comentarios: