Os traigo este interesante artículo sobre como esta cambiando el panorama actual de la Semana Santa y los medios de comunicación. La v...

Nuevos tiempos para la Semana Santa y la información


Os traigo este interesante artículo sobre como esta cambiando el panorama actual de la Semana Santa y los medios de comunicación. La ventaja de los medios digitales frente a los medios tradicionales es la posibilidad de conocer qué consumen los usuarios, qué les interesa y dónde ponen su atención, nuevos datos que están influyendo en la producción informativa dentro del mundo cofrade. 

Yo lo he podido experimentar en el antiguo blog, siempre que se subían noticias relacionadas con Sevilla, o con la Cofradía de "Los Moraos" de Daimiel,  (mi pueblo) se disparaban todas las visitas. Y también si la noticia en cuestión tenía que ver con alguna banda de cornetas y tambores. Noticias que eclipsaban a todas las demás, por mucho que te hubieras "currado" una entrada, a la gente lo que le gustaba eran esos tipos de noticias. 

Y llega un día en el que te planteas si lo que haces realmente tiene sentido o no, a que público va dirigido lo que escribes y si realmente merece la pena el esfuerzo que haces día a día por seguir con un blog cofrade. 

Os dejo este artículo interesantísimo sobre el panorama que vive actualmente la Semana Santa y la información en la ciudad más cofrade que existe, Sevilla.

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Detrás de una información siempre existen varias interpretaciones. El redactor jefe de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, ha aprovechado su columna de cofradías para reflexionar sobre un asunto preocupante: la transformación a la que se está viendo sometida la Semana Santa y la influencia de las bandas y los costaleros. Para abundar en el tema, Navarro Antolín ha tirado de estadística propia y ha revelado que una información digital del medio que capitanea superó las diez mil visitas. Se trataba de una pieza sobre la destitución de Antonio Santiago como capataz de una cofradía. La ventaja de los medios digitales frente a los medios tradicionales es la posibilidad de conocer qué consumen los usuarios, qué les interesa y dónde ponen su atención, nuevos datos que están influyendo en la producción informativa local.
En el último lustro, la tecnología ha transformado el entramado de medios de comunicación de Sevilla. A los ‘grandes’ sevillanos se les han unido digitales, blogs, televisiones y hasta radios en la red. El Correo de Andalucía, Abc de Sevilla y Diario de Sevilla –por orden de antigüedad- ya no solo hacen periódicos en papel sino que se han visto obligados a presentar un producto más que interesante y en abierto que les permita mantener su hegemonía informativa. A esto hay que añadir la irrupción en el panorama mediático de tres digitales locales que van comiendo terreno en la tarta de los consumidores. Sevilla Actualidad, Sevilla Directo y XYZ Diario –también por orden de antigüedad- han planteado un órdago que obliga a tomar decisiones estratégicas, buscando un reposicionamiento del producto que lo haga más competitivo. Cambio en las rutinas de trabajo, transformación de las redacciones, nuevo diseño de los portales y la búsqueda de contenidos más ajustados a los gustos del público son algunas de estas variaciones que todos los medios están experimentando con la inocencia de quien está inventando el periodismo.
Si antes eran los quiosqueros quienes pulsaban la venta de ejemplares, y determinaban si Antonio Burgos vendía más ejemplares que Carlos Colón, o viceversa, ahora son las estadísticas de WordPress y Google Analytics los que marcan el rumbo de los contenidos. Porque, no nos engañemos: la buena información es importante –afianza la credibilidad y te convierte en un considerable influencer- pero el ruido genera tráfico y esto se traduce en dinero a través de la publicidad. En esta mezcla está el demonio.
A quienes se han formado al pie de la noticia y han reflexionado largamente sobre la calidad del periodismo les sigue impactando que los contenidos irrelevantes revienten todas las alarmas. Las informaciones truculentas y los sucesos vuelven a estar de moda -¿alguna vez dejaron de estarlo?- y las nuevas sensibilidades ganan terreno. A nivel local, el cotilleo cofradiero conquista enteros con el paso de los días. Los medios sevillanos aún le deben un agradecimiento a Ramos Espejo, quien fuera director del decano hispalense, cuando popularizó los coleccionables de cuaresma. Desde entonces, ha sido un no parar. Por otro lado, la información provincial o autonómica, así como la nacional, despierta poco interés entre los consumidores de medios locales. Los contenidos de entretenimiento conquistan los corazones de los usuarios y las curiosidades desplazan la información de fondo a un segundo plano.
Este nuevo panorama exige una revolución en la forma de presentar los contenidos. El uso de las palabras también ha cambiado y los géneros híbridos han acorralado la pureza de la información aséptica. Los lectores prefieren relatos condimentados sutilmente, más literarios y más argumentativos, que expongan las claves necesarias para conocer la realidad. Este proceso ha desterrado, definitivamente, la supuesta objetividad de la información e impone un nuevo perfil de profesional donde la titulación universitaria, a pesar de todo, es lo de menos. Ahora tiene mucho más valor la capacidad de generar contenidos interesantes, piezas que guarden la cara ante la tradicional información seria y que capten la atención de los consumidores.
La situación actual ha resucitado viejos interrogantes del periodismo que parecían superados y ha puesto de actualidad algún que otro dilema que hasta la fecha estaba siendo evitado. Quienes dirigen medios lo saben, no habrán descubierto nada nuevo entre estas líneas porque ellos viven en esta brecha. Aunque no lo demuestren abiertamente, a los ‘grandes’ les preocupa la deriva hacia la que caminan y se debaten, diariamente, entre sobrevivir o mantener la dignidad. Sin duda, a Navarro Antolín le interesa el presente y el futuro de la Semana Santa de Sevilla pero seguro que le preocupa, más aún, cuáles son las claves que impone el gran público sobre la industria mediática y cómo afecta al universo en el que bucea. Porque diez mil visitas no son nada.

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