Entre lo más positivo si es que hay algo, que debemos apuntar los cofrades es que este año las cofradías se han subido al carro de las nuevas tecnologías y, de hecho, esta impronta virtual seguirá incrementándose con los años.
El confinamiento impuesto por la crisis del coronavirus ha dejado a hermandades, cofradías y fieles de España sin pisar la calle. Ni saetas, ni pasos, ni tallas, ni bandas, ni nazarenos, ni costaleros. Algún balcón queda engalanado, pero la pandemia ha cambiado por completo la estampa habitual del fervor religioso. Una transformación que ha llegado a las redes sociales, donde la devoción se ha apoderado de Twitter, Facebook, Instagram y YouTube. Desde misas en streaming hasta hashtag como #miestaciondepenitenciaencasa., etc.
Los fieles han compartido fotografías y vídeos de años anteriores.
Algunos incluso se han reunido en torno a un directo en Instagram para cantar saetas o tocar la banda sonora que acompaña a los pasos. Los dispositivos móviles se han convertido en una prolongación de la fe.
Las televisiones, en particular las locales y autonómicas, recuperarán los directos del año pasado para reponerlos durante los días más relevantes
Pese a esta reconversión por la cuarentena, me quedo con la actuación de la mayoría de Cofradías y Hermandades durante la pasada Semana Santa, en la que su estación de penitencia o desfile procesional ha pasado a un segundo plano, debido a la emergencia sanitaria, estando más volcados en la parte más caritativa de estas instituciones, que en definitiva es uno de los grandes pilares en los que se deberían estar sustentadas.
SMCE
@tertuliacingulodaimiel
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