Somos impresionables y a menudo nos olvidamos de lo esencial. Elevamos a los altares de la banalidad a seres humanos con nuestras mismas fla...

Personas que en silencio hacen que la vida sea más digna de ser vivida

Somos impresionables y a menudo nos olvidamos de lo esencial. Elevamos a los altares de la banalidad a seres humanos con nuestras mismas flaquezas, o peores, e ignoramos en cambio a semejantes que nos aventajan en abnegación y esfuerzo. Incluso cuando los tenemos al lado, tan cerca que no podemos decir que no los vemos. Sencillamente no los miramos, quizá porque la vista se nos va a una de las mil pantallas que nos la tienen permanentemente distraída con reflejos de lo que a menudo no existe (o existe de modo bien distinto de como nos lo muestran). A pararnos a mirar a esos gigantes invisibles, a esas personas que muchas veces en silencio hacen que la vida sea más digna de ser vivida, en todos los aspectos, os invito hacerlo. No es un mal ejercicio.


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