El Miércoles de Ceniza queda ya lejos. La vida es un tránsito constante sin vuelta atrás alimentado de retentiva y esperanzas que pesan ...

Nuevos trazos y colores


El Miércoles de Ceniza queda ya lejos. La vida es un tránsito constante sin vuelta atrás alimentado de retentiva y esperanzas que pesan sobre una balanza de fino vértice cuya tendencia a uno u otro lado bascula en consonancia a los estados de ánimo, los miedos, las inquietudes, satisfacciones o placeres.

Las tardes ejecutan nuevos trazos. Es como si el color se fuera instalando en pequeñas dosis, pinceladas en busca de lo sempiterno que fluyen alrededor del recuerdo más preciado. Una lenta metamorfosis se abre paso, y los forjados que hacen ricas a las plazuelas de la ciudad son testigos de ése hado expirante de un invierno que presenta palpables amagos de despedida. En breve todo estará dispuesto…


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