Los meses recién transcurridos, en los que la vida de las Hermandades sufre un lógico letargo causado por la disminución de cultos y por u...

Conscientes de que nunca tendrán el reconocimiento público

Los meses recién transcurridos, en los que la vida de las Hermandades sufre un lógico letargo causado por la disminución de cultos y por una mengua de asistencia de sus hermanos a los templos son también propicios para un acercamiento más directo a su interior. Capillas y dependencias, aunque con la limitación de horarios que algunas sufren durante el verano, aparecen más tranquilas, intimistas, más cercanas al visitante.

Estos meses se puede percibir una sensación de cercanía, en un auténtico viaje al interior de nuestras Hermandades en las que, no sólo podemos contemplar los altares y capillas con la disposición y atavío de los titulares durante esta época del año, sino que en muchas ocasiones podemos departir con los responsables del gobierno de las mismas, que nos reciben generalmente de forma abierta y amable.

Es ese interior de las Hermandades el que verdaderamente quiero trasladar a los lectores de este blog.Trabajo de los que día a día prestan su servicio a las Hermandades se ve reflejado en infinidad de páginas cofrades que se dedican a dar a conocer la labor de priostes, que idean montajes y que mas tarde se levantan verdaderos monumentos efímeros para enaltecer los cultos (no se olvide, principal fin de nuestras corporaciones) de nuestros titulares; Secretarios encargados de comunicaciones, archivo, redacción de notas de prensa, boletines informativos, actualización de páginas web; Mayordomos que buscan proyectos para ejecutar enseres o restaurar los que están en deficiente estado de conservación; Diputados de Caridad que ponen en marcha ejemplares labores asistenciales, muchas de ellas ejemplos para otras entidades eclesiales; y un largo etcétera  de oficiales de junta y hermanos de a pie que forman ese conglomerado de personas que hacen realidad que se mantenga viva la llama de la fe de muchos cofrades gracias, en parte, a su labor  desinteresada, conscientes de que nunca tendrán el reconocimiento público, al menos de forma nominativa, o ni siquiera el agradecimiento particular de quienes se sirven de su labor.

A todos ellos, mi reconocimiento por su trabajo y el agradecimiento por hacernos partícipes del interior de nuestras Hermandades.

SMCE
Casa Hermandad y Museo de la Hermandad del Descendimiento de Jerez, Foto SMCE

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