Viene a mi mente el papel que debe jugar un hermano mayor o presidente cuando deja el cargo, ya sea porque decide retirarse de forma volun...

Expresidentes

Viene a mi mente el papel que debe jugar un hermano mayor o presidente cuando deja el cargo, ya sea porque decide retirarse de forma voluntaria o, por el contrario, las reglas de su hermandad no le permiten la reelección. Es casi siempre en este caso cuando se afana en seguir haciéndose visible, ya sea copando el protagonismo en los cabildos generales o, peor aún, ocupando un puesto en la lista del candidato oficialista,  lo que, al final, a veces acaba provocando una guerra de guerrillas en el seno de dicha corporación.

Un exhermano mayor o expresidente debe permanecer al margen del gobierno de su hermandad, asesorando sólo a ésta cuando los miembros de su junta lo determinen o crean necesario. También es cierto que es de estúpidos no aprovechar la experiencia de aquél, pero para algo está la constitución de las juntas consultivas y otras fórmulas similares para asesorar y que no conllevan decisiones vinculantes. Cuando uno ocupa un cargo de responsabilidad de esta magnitud, debe saber irse, marcar su tiempo, cerrar la puerta… Y si se vende por ahí que es el hermano mayor o presidente en la sombra, allá él; pero las decisiones las deben tomar aquellos a los que sus hermanos decidieron darle su confianza de forma democrática en las urnas.

(Este artículo no se refiere a ninguna hermandad en concreto, más bien puede ser enfocado de manera general a cualquier Cofradía y sus órganos de gobierno)

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