La definición de la palabra extraordinario según el diccionario de la RAE es “ fuera del orden o regla natural o común” pero si la tenemos que aplicar al mundo de las hermandades y cofradías rápidamente se nos vendría a la mente los conceptos de “salida extraordinaria”, “ besamanos o besapies extraordinario”, “ cultos extraordinarios” etcétera.
Pero el abanico es mucho más amplio sobre todo en una ciudad como Sevilla donde a parte de los gustos cofrades por variar e innovar , lo que prima muchas veces es destacar, llamar la atención, hacerse notar porque la competencia es mucha entre las numerosas hermandades. Una cofradía que durante todo un año pasa desapercibida, no sale en los periódicos o las webs cofrades, que no aparece en las redes sociales tiene muy difícil por ejemplo aumentar la nómina de sus hermanos ya que en estos tiempos para el público en general prevalece más cuestiones externas que devociones internas. Hoy en día algunas de las cofradías más en auge son las que han adquirido popularidad en la calle por sus desfiles procesionales, por la forma de llevar sus pasos al compás de las bandas de música y estas formaciones también tiene su importancia pues constituyen un motivo más para la atracción del público.
Pero lo que quiero destacar en este artículo no son precisamente estos acontecimientos que están en la memoria de todos, sino aquellas pequeñas cosas, aquellos detalles que suceden de vez en cuando en nuestras hermandades y que suelen pasar desapercibidas para la mayoría de la gente y solamente unos pocos perciben lo extraordinario del hecho en sí, evidentemente hay que conocer mucho de las cofradías sevillanas y haber visto muchas veces a sus titulares en sus altares para darse cuenta.
Por supuesto que es una apreciación personal pero para un servidor es “extraordinario” encontrarse el misterio de la Sagrada Cena fuera de su lugar habitual de culto en la iglesia de los Terceros por mor de problemas arquitectónicos.
También es extraordinario en estos tiempos que una imagen ( la Piedad del Baratillo) se someta a una restauración y cuando vuelve resulta que tiene el mismo aspecto que el azulejo de la puerta realizado hace más de cincuenta años.
También es extraordinario que se haga una misa en la plaza de San Lorenzo para conmemorar el centenario del retablo cerámico del Señor del Gran Poder o que en recuerdo del nacimiento del escultor Luis Ortega Brú la Hermandad de Santa Marta instale un altar con todas las figuras del misterio realizado por él justo debajo de donde reposan sus restos mortales
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La nómina de cosas y hechos extraordinarios es amplia y podíamos llevarnos un largo tiempo enumerando los mismos , pero tampoco se trata de eso, solamente hacer una reflexión personal para destacar que lo extraordinario está presente en lo cotidiano del mundo cofrade sevillano más allá de magnos besamanos o procesiones.
Escrito por Alfonso García
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