“El Capirotero” es un adjetivo peyorativo que los capillitas aplican a muchas personas. Al capirotero le encanta la Semana Santa, es h...

En defensa de los capiroteros



“El Capirotero” es un adjetivo peyorativo que los capillitas aplican a muchas personas. Al capirotero le encanta la Semana Santa, es hermano de varias hermandades, pero no se pasa por éstas para nada, si exceptuamos frecuentes visitas solitarias a los titulares.

No están pendiente de los mil detalles de la Semana Santa, ni de sus noticias o rumores. Les gusta la Semana Santa, les encanta y lo hacen como meros espectadores o como la gran mayoría de los ciudadanos, desde fuera.

La idea de que los hermanos de una Hermandad se dividen entre los que participan en ésta y los “capiroteros”, los que sólo van para el día de la procesión. La escasa presencia en el día a día de los “capiroteros” garantiza el -a veces- sistema cerrado de gestión de estas entidades y su poca democratización en algunos casos. Si no fuera por las cuotas y las papeletas de sitio pagadas por los “capiroteros” los demás no tendrían fondos suficientes para tener proyectos y tener una representación de más personas que la de sus individualidades.

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