Defectos secundarios y años colaterales. Consecuencia irrevocable del paso del tiempo. A esta edad estoy orgulloso de mis entradas y mis arrugas, me ha costado mucho conseguirlas y no hacer nada para taparlas, al igual que mis sentimientos. No pienso matizarlos, ya no. Cada día que pasa soy más transparente para lo bueno y para lo malo. Tengo esa sensación de libertad que te entra cuando dejas de meter barriga y te pones sin pudor las gafas de ver, mientras oteas el horizonte en busca de vida inteligente.
Y desde este rincón, me siento libre para elegir con quien compartir mi isla, ya no me interesa quedar bien, me interesa estar bien. Esta isla es mía y abro mis fronteras a quien quiero. Y a quien no le guste, pues ya sabe donde tiene la puerta.
FOTO . SMCE
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