Una buena imagen mal vestida es una mala imagen. Y una mala, bien vestida parece mejor. Comienzo con esta frase que tiene que ver con...

Una buena imagen mal vestida es una mala imagen. Y una mala, bien vestida parece mejor

Una buena imagen mal vestida es una mala imagen. Y una mala, bien vestida parece mejor.

Comienzo con esta frase que tiene que ver con el atavio de las Dolorosas, que en este tiempo de Cuaresma cambian su aspecto y lucen a la usanza Hebrea en muchos casos. Y como en todas las cosas "hay de todo como en botica". No seré yo quien dictamine que imagen esta mejor o peor vestida, pero a simple vista en la visita a los templos estos días podemos ver que imágenes están mejor o peor vestidas. No voy a poner ningún ejemplo de esto último, ya que mi última intención es ofender a alguien, ya que en todos los casos prima la buena intención y hacerlo lo mejor que uno sabe y puede. Pero este punto debería ser un aspecto a cuidar por las juntas directivas de nuestras Cofradías, el intentar que las imágenes luzcan de la mejor manera posible.

Bajo mi punto de vista debe existir la necesidad de “humanizar” a las dolorosas, recordando que no son meras esculturas, ya que los cofrades y devotos pueden tratarlas como seres queridos a través de quienes se puede establecer una comunicación espiritual.

Una de las labores más desconocidas que pasa desaparcibida para el devoto o el espectador en general, pero que, sin embargo, resulta cotidiana en los quehaceres del mundo oculto de las cofradías es el singular arte de vestir imágenes. Hoy día quizás goce de mayor reconocimiento que en otros tiempos merced a la ardua labor divulgativa que se lleva a cabo a través de las publicaciones y en la época actual, también gracias a internet. 

Mientras que los imagineros, entalladores, orfebres, bordadores, músicos, etcétera, siempre han gozado en mayor o menor medida de un lugar destacado en la historia de las hermandades y cofradías, los encargados de "completar" la obra escúltorica del imaginero con sus sensibilidad y buen gusto apenas han gozado del mínimo reconocimiento de los investigadores e incluso de los cofrades, pasando prácticamente desapercibidos a pesar de realizar una faceta íntima de la religiosidad popular no sólo en Andalucía sino en la mayoría de ciudades del territorio nacional.

Como ejemplo de todo esto que os he comentado os dejo unas fotografías de la maravillosa imagen de  María Santísima de la Victoria de la Hdad de la Borriquita de Coria del Rio (Sevilla) y del Santísimo Cristo de la Salud ataviados para la Cuaresma.

Enhorabuena a sus vestidores al equipo de Priostia.

SMCE




Como ejemplo negativo os dejo la polémica suscitada con la Dolorosa de la Hdad del Santo Entierro de Sevilla:

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