Al día de Año Nuevo le pasa lo mismo que al rey Gaspar. En su sector, el de festividades navideñas, el 1 de enero es el sobrante, el despo...

!Feliz Año para ti también!

Al día de Año Nuevo le pasa lo mismo que al rey Gaspar. En su sector, el de festividades navideñas, el 1 de enero es el sobrante, el despojo que nadie valora.

Con el paso del tiempo, el Año Nuevo se ha convertido en el día de la resaca, una jornada infernal peor que cualquier domingo, ya que es el único día del año en el que, después de salir por ahí hasta las mil o de quedarte bebiendo copas en casa con la familia, tienes que levantarte a comer.

Nochebuena y Navidad son los de la zambomba, intocables, Noche Vieja la fiesta por excelencia y Reyes el día de los regalos. ¿Pero qué pasa con el 1 de enero? ¡Es el primer día del año! Y encima este año cae en Lunes.

Además, por si el pobre no tuviese ya bastante con el desprecio colectivo, su mala fama se ve agrandada con los malditos mensajes genéricos que no hemos podido leer el día anterior por la saturación de las líneas. WhatsApp que se repiten cada año, textos angustiosos (algunos mas que otros) y para todos los gustos.

Ya me he acostumbrado a recibir multitud de mensajes de estos todos los años, (este año menos que el año pasado) al igual que supongo que el remitente estará cansado de recibir un “jajajjaja, Feliz Año para ti también”, pero lo que realmente me saca de mis casillas es que aún haya gente que se sorprenda y me diga: “Me han enviado un mensaje… mira, mira”. Dios, ¡podría recitárselo entero de memoria!

En fin, supongo que las navidades es lo que tienen y hay que aceptarlo con deportividad. Nunca llueve a gusto de todos y para gustos, colores.

PD: El concierto de Año Nuevo en Viena tampoco ayuda.
PD2: FELIZ AÑO A TODOS.
Foto SMCE

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